44- Buen vecino 

Luego de cuatro años de una relación casi perfecta, mi novia y yo decidimos vivir juntos. La búsqueda del que sería nuestro hogar y el inicio de nuestra familia no fue fácil, sin embargo, casi por suerte, logramos encontrar una casa amplia, bonita, en un buen vecindario y lo más sorprendente, más barata de lo que uno esperaría. 

El día de la mudanza fue arduo, especialmente para mí que tuve que cargar y mover todo a donde mi novia lo quería. Cuando acabamos estábamos listos para estrenar el lugar y tener un poco de sexo en nuestra nueva casa. Sin embargo, justo cuando empezaba a besarla y alzar su vestido, el timbre sonó. Le dije que había ignorarlo, quería tener sexo, pero ella volvió a acomodar su ropa diciendo que debíamos ser amables con los vecinos. 

Como una pareja feliz abrimos la puerta, del otro lado estaba Ned, un hombre que rondaba los 40, con un bigote y lentes, parecía un tipo normal y amable. Consigo trajo un bandeja de galletas, que supuestamente él había horneado, nos dijo que era un regalo de bienvenida y esperaba que fuéramos grandes amigos. Mi novia le agradeció emocionada y lo invitó a pasar, yo tuve que seguir la corriente, el estreno de la cama se había arruinado. Hubo un momento, en que mi novia fue a traer algo de agua para invitarle, en eso él se me acercó y me dijo -Tienes una buena mujer, sería un magnífica esposa-.  No supe que responder, solo le agradecí y trate de cambiar de tema.

 Estuvimos conversando un rato en la sala, el vecino y mi novia eran los que más hablaban, parecían tener una química única. No me sentía amenazado, conocía a Rachel le gustaba hablar con la gente y difícilmente ese tipo sería competencia para mí. Así que solo me limité a comer las galletas, que, debo admitir estaban deliciosas. Cuando el tal Ned se fue por fin pude tener un rato a solas con mi novia. Pero cuando la vi fijamente, pude ver algo raro en ella, su rostro perfecto estaba marcado por ligeras arrugas, como si tuviera unos años más. No quise decírselo, era muy sensible con esas cosas, además podía ser producto del cansancio de la mudanza. 

Unos días después de habernos mudado, regresaba a casa del trabajo, para mi sorpresa Ned estaba junto con mi novia en la cocina, vistiendo una camiseta de tirantes que mostraba parte de su pecho peludo. -El lavabo se malogró y Ned se ofreció a ayudarme- dijo mi novia inocentemente. Mi ego de hombre se vio herido, yo debía ser quien repare estas cosas. Le dije a Ned que yo me encargaría, él se apartó, me prestó su llave hidráulica y yo me agache a ver el problema. No sabía que hacer, a pesar de que había hecho estas cosas con mi padre antes, ahora por alguna razón no recordaba nada. Avergonzado me puse de pie y miré a Ned, fue extraño juraba que yo era más alto, pero cuando me puse frente a él ahora me ganaba por un centímetros. En fin, le devolví de nuevo la llave hidráulica y me fui a mi habitación con el ego roto. 

La presencia de mi vecino se hizo bastante frecuente en mi casa. El hombre era un multiusos, sabía de electricidad, carpintería, electrodomésticos y de más cosas que impresionaban a Rachel. Llegó el punto en que no solo venía a reparar cosas, sino también a pasar tiempo con "nosotros", la verdad más con mi novia que conmigo. Venía a cocinar, jugar juegos de mesa, a ver películas o hacer Karaoke.  Cualquiera pensaría que vivía con nosotros pues pasaba más tiempo acá que en su propia casa. Yo trataba de darles sutiles indirectas para que se aleje un poco, pero Rachel no hacía más que alentarlo, realmente parecía disfrutar de su compañía. Los tiempos con mi novia, entonces, se volvieron escasos y cuando los teníamos Rachel se comportaba muy distante conmigo. 

Hablando de Rachel empecé a notar un cambio en su forma de vestir y actuar. Se había vuelto a pintar el pelo, eliminando sus mechones rosas que tanto me gustaban, se cambió a tono rubio y se hizo un peinado que la hacía lucir más madura. Igualmente, un día me dijo que había renunciado a su trabajo, el cual antes le encantaba, porque ahora quería un momento de más libertad para ella. De la nada dejó sus intereses por el baile y el dibujo y le surgió un gusto por las novelas que solo mi madre ve y por los programas de chismes. Pero lo más raro era que con el pasar de los días lucia más vieja. Seguía siendo la mujer sexy que siempre fue, pero la grasa extra, las manchas en la piel y sus ligeras arrugas la acercaban más a la típica milf que a una mujer de 25. 

Yo también me sentí muy extraño en ese tiempo. Cuando se lo dije al doctor se río en mi cara, pero de verdad siento que me he encogido. Antes le ganaba a Rachel por una cabeza, pero ahora soy más bajo. Ella, como el todo mundo, dice que siempre ha sido así. También he adelgazado bastante y perdí toda mi musculatura, parecía un adolescente delgaducho. Me metí a un gimnasio para retomar mi cuerpo tonificado, pero ya han pasado varias semanas y mis brazos y mi cintura solo se ponen más delgados, por el contrario los que ganan volumen son mis piernas y mi trasero. Incluso un día no me dejaron entrar al baño de hombres creyendo que era una chica. Pero lo peor es que estoy teniendo lagunas mentales. Estoy empezado a olvidar varias cosas no solo de mi vida sino de mi trabajo. Muchas veces estoy haciendo planos o dirigiendo una obra y de la nada no sé que lo que las medidas significan o cuanto material debe entrar en tal edificio.

Pasados ya unos meses me despidieron del trabajo, era de esperarse, no podía recordar ni si quiera cosas básicas de matemáticas. Rachel tampoco trabajaba, se había vuelto una ama de casa a tiempo completo, así que estábamos en problemas económicos. Es ahí cuando apareció Ned, nuevamente como héroe para Rachel, ofreciéndose a ayudarnos hasta que yo encuentre un nuevo trabajo. No me gustaba la idea de ser mantenido por otro hombre, pero no me quedaba de otra. Rachel se ofreció a hacerle la comida a cambio de su ayuda y a mí me obligó a lavar su ropa. Ahí estaba yo, lavando los boxers de mi vecino a mano mientras él era atendido por mi novia. 

Mi tiempo sin empleo me permitió al menos pasar más tiempo con Rachel. Ned se iba a trabajar toda la mañana, así que aproveché esos momentos para tener algo de intimidad. Ella se resistió muchas veces, diciendo que estaba ocupada o cansada pero un día finalmente fuimos al cuarto a reavivar la pasión. Empezamos a besarnos, yo tocaba sus grandes nalgas y ella ponía la mano en mi pecho, lo cual me hizo gemir, mi pecho había estado muy sensible últimamente. Luego pasamos a lo divertido y ambos nos quitamos la ropa el uno al otro. Literalmente no había visto su cuerpo desnudo en meses, ni ella el mío, sus senos eran doble de grandes, su abdomen tenía ligeras lonjas y sus muslos eran enormes. Extrañamente no me sentí atraído por su cuerpo, por más que lo intentaba no se me paraba. Rachel intentó ayudarme dándome una mamada, pero cuando bajó mis boxers vió mi miembro tan pequeño y diminuto que decidió desistir. Desde esa mañana ninguno volvió a tocar el tema de lo sexual. 

Tratamos de hacer otras cosas juntos como pareja. Rachel aprovechó a que tenía el cabello largo para jugar con él y hacerme varios peinados, hay días en los que incluso me hacía trenzas como si fuese una niña pequeña. También me enseñó a cocinar, no recordaba que supiera hacer tantos platos, cuando salíamos solo preparaba cosas quemadas. Luego, Ned le daba algo de dinero extra, así que ella aprovechaba para comprarme ropa que sí me entrara. Era vergonzoso comprar en la sección de señoritas, y aún más vergonzoso tener que empezar a usar sostenes y calzones de mujer, pero Rachel decía que los necesitaba y algo en mí me obligaba a obedecerla. Nos habíamos vuelto a unir, pero no de la forma que esperaba, más que verla como una mujer, la veía como una figura materna que ahora era muy difusa para mí. 

Un día regresé de mis búsquedas inútiles de trabajo, de todos era rechazado por mi falta de experiencia e incluso en una entrevista me dijeron ¿No deberías estar en la escuela?. Estaba frustrado, más aún porque en el transporte público unos chicos se pusieron a manosear mi trasero, sabía que no debía usar la falda que me compró mi novia. Cuando llegue a casa vi a Rachel y a Ned juntos en la sala, junto con unas maletas. -Cariño, como verás, Ned nos ha estado ayudando mucho en estas semanas, así que para ahorrar gastos hemos conversado y decidimos que ahora vivirá oficialmente con nosotros-. 

Obviamente esto me enojó, no solo he tenido que aguantar que se imbecil coquetee con novia, he tenido que lavar su ropa y plancharla y ahora vivirá en mi casa y ni si quiera se me preguntó.  Hablé con Rachel en privado, más bien discutimos, la pelea acabó con Rachel dándome una cachetada que me mandó al suelo y me hizo llorar. La desconocía, con un tono estricto me dijo que ahora dormiría en el cuarto de huéspedes hasta que aprenda a respetar. Nuevamente obedecí y me mudé a mi nuevo cuarto mientras mi novia ayudaba a Ned a desempacar.

Ned durmió en el sofá por un tiempo, mi novia en el cuarto principal y yo en el de huéspedes. Sin embargo por las noches podía escuchar ligeros pasos entrar a la habitación principal y luego unos ruidos extraños provenientes de la cama donde antes dormía. Mi rutina cambió radicalmente, Rachel me levantaba a gritos y tenía que ayudarla a servir el desayuno para Ned quien esperaba en la mesa con su periódico. Luego Rachel partía al mercado a hacer las compras del día y me encargaba limpiar la casa, si no lo hacía me quitaría mi celular. Odiaba limpiar, pero me ponía un poco de música de Harry Stiles que me empecé a oir de la nada y todo era menos aburrido. Luego hacía el almuerzo con Rachel, quien bromeaba diciendo que esto sería útil para cuando tenga un marido. Después de comer, me encerraba en mi cuarto y usaba la computadora, principalmente para buscar trabajo pero me distraía un poco con los vídeos de bandas de chicos o mis series para adolescentes. 

Un dia Rachel me despertó, sostenía unas bolsas consigo, diciendo que eran para mí. En ese punto yo me emocionaba cuando veía bolsas de ropa, esperaba que fuera un bonito vestido o un top nuevo. Sin embargo mi rostro cambió al de desilusión cuando de las bolsas saqué un blusa, medias largas y una falda escolar. Cuando le pregunté a Rachel lo que significaba, ella se rió -Es tu uniforme para la escuela, niña tonta-. Creí que era una broma, ¿Yo otra vez en la escuela?. Sin embargo, mediante más pasaban los segundos y más lo procesaba, más sentido tenía. Yo recién iba a terminar mi quinto año de secundaria. Me probé el uniforme, y sin que Rachel se diera cuenta, subí un poco más la falda, tengo bonitas piernas así que debo mostrarlas. Estaba tan emocionada, haría nuevas amigas y de seguro conocería a chicos lindos. 

Así hemos llegado hasta ahora, ya un año desde que mi mamá y yo nos mudamos a esta casa. No han cambiado muchas cosas. Ned y mamá terminaron por formalizar su relación y muy pronto se van a casar. Al principio Ned no me caía muy bien, pero poco a poco se fue convirtiendo en un segundo padre para mí. Me compra todo lo que le pido, para mi cumpleaños me regaló el último celular y me prometió que cuando acabe la escuela me pagara una operación de busto. Dice que aunque no es mi padre biólogico yo soy su princesa y mi mamá su reina, a veces es tan lindo.  Mi mamá también está muy feliz con él, no recuerdo haberla visto tan feliz antes. Nuestra relación madre e hija va de lo mejor, cada semana nos vamos de compras y nos ponemos lindas. Espero que cuando tenga su edad me vea igual bien que ella y también espero tener la suerte de encontrar un esposo lindo y con bastante dinero como Ned. Lo único malo de todo, es que mi cuarto sigue al lado de la habitación de mis padres y las paredes son muy delgadas. Cada noche tengo que escuchar "los aplausos", golpes y gemidos de ellos iugghh. Sin embargo, escucharlos tanto a veces me dan ganas estar igual. Hace poco se mudó una familia a la casa del frente, tiene un hijo de mi edad y es muy lindo, creo que es hora de que me consiga un novio porque ya me aburrí de jugar solo con mis dedos. 

Holi, aquí ValRO, su pecho frío favorita,haciendo su aparición de una vez al año para traer una mini historia, la cual espero que les haya gustado ;). Nuevamente sorry por la ausencia, la verdad que preferí enfocarme en otras cosas de mi vida que en este recondito pasatiempo que tengo. Sin embargo las ganas de escribir estos relatos no se pierden del todo. 

Como algunos sabran he creado una página de facebook, no lleva mucho tiempo así que recién estoy aprendiendola a usar. Por ahí estaré publicando historias como esta: sin muchas vueltas, cortas y con una sola imagen. La verdad de momento me siento mucho más cómoda en ese formato. 

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Por ahora estoy siendo relativamente constante por ahí, así que si quieren leer un poco más de mi contenido puerco pueden ir a revisar y dejarme un like o un corazón para apoyar. Además de poder tener una interacción más directa por ahí, por si desean charlar un rato. Igualmente, si alguno tiene una idea o una historia que desea publicar me la puede pasar por ahí y yo con gusto la pondré en la página, siempre que vaya conforme a la tematica (no furros). En cuanto al blog, pues lo dejaré para cuando tenga una historia que requiera más desarrollo, más imagenes o continuaciones.

En fin, sé que algunos están bastante molestos conmigo, pero que puedo hacer, solo soy una pequeña figura png que tiene una vida y otros objetivos fuera del blog. Los que sigan disfrutando de mis historias sean bienvenidos, y a los que se sientan decpecionados solo me queda pedirles una disculpa y decirle que la puerta siempre está abierta. Sin más que decir, yo soy Valro y larga vida al Tg.