9- Inicios

Normalmente acostumbro a poner mi comentario al final de las historias, pero por esta ocasión invertiré el orden. Esta historia es muy especial, principalmente porque es mi pequeño regalo para Jessica por su cumpleaños. Así mismo aprovecho para agradecerle toda la ayuda que me ha brindado con este blog. Esta historia es para ti Jessica y espero que te guste. 

Sentí un pinchazo en el brazo,- ¿Qué fue eso? ¿Dónde carajos estoy?- pensaba mientras poco a poco abría mis ojos. Intente moverme pero descubrí que mis brazos y piernas se encontraban amarrados a la camilla en la que estaba echado. Mi corto rango de visión me permitió ver a un hombre, vestía una bata, parecía un doctor. -Oiga, ¿Qué hago aquí? ¿Qué me acaba de inyectar?- le preguntaba tratando de calmar mis dudas, pero el sujeto me ignoraba. -¿Por qué estoy atado? ¿Dónde estoy? ¡respóndame maldita sea¡- intente insistir ya desesperado, pero fue inútil, no obtuve respuesta. 

Mientras seguía echado traté de recordar todo, mi nombre es Jeisson soy un tipo común y corriente. Hoy se supone que sería un día especial, pues es mi cumpleaños. No planee algo grande como la mayoría lo hace, solo quería pasarlo al lado de mi familia, mi novia y algunos amigos. Era aún temprano, si no me equivoco las 9 de la mañana, mi novia me dijo que fuera a su casa, dijo que tenía una sorpresa para mí, obviamente me emocioné y salí de mi casa lo más rápido que pude. Me encontraba caminando rápidamente, hasta que da la nada sentí un golpe en la cabeza, todo se puso negro y luego, luego desperté en este lugar. 

Aquel sujeto hizo una señal y tres hombres entraron a la habitación, desamarraron mis extremidades y uno de ellos me cargó. Traté de resistirme pero no tenía fuerzas, sentía mi cuerpo completamente adormecido. Miré a aquel doctor y él por fin se digno a decirme unas palabras -lo siento-. Los tipos me dejaron en una habitación, no había ventanas, solo una cama, un baño y una rejilla al medio de una de las paredes. Me dejaron en mi cama y sin decir nada salieron cerrando la puerta. Quise ir tras ellos, quizá pelear por mi libertad si era necesario, pero mis débiles piernas solo me hicieron caer el suelo. 

-No deberías moverte- 


Escuché una voz femenina provenir de aquella rejilla, -en unas horas recuperaras tu fuerza-, prosiguió. Intrigado por saber quién producía esa voz y por saber que había al otro lado de aquella rejilla, me arrastré hacía la misma y alcé la mirada. Tras ella había una mujer, aparentaba tener aproximadamente mi edad, se encontraba en una cama igual a la que estaba en mi habitación, sentada abrazando sus piernas. 

 -te dije que no te muevas- dijo ella.

 -¿Qué hacemos aquí?- Repliqué yo. 

- ¿crees que lo se? Estoy prisionera al igual que tú.

-¿cuánto tiempo llevas aquí? 

-No más que unas cuantas horas. 

Me apoye contra la pared, soltando un suspiro. Qué hago aquí, nunca le he hecho nada malo a alguien como para merecer esto. Mis padres y mi novia deben estar preocupados, cuántas horas ya debieron haber pasado. Ambos estábamos en silencio incomodo, solo escuchábamos pasos afuera de nuestras habitaciones y pequeños murmurios. -Me llamo Pierina, ¿y tú?- dijo ella tratando de romper el silencio, por cortesía respondí -Jeisson-. Ella replicó -No puedo decir que es un gusto conocerte en esta situación, Jeisson-. Esto último me hizo soltar una leve risa, poco a poco fuimos agarrando algo de confianza. En un ambiente como este la única forma de distraernos y no caer en la locura era hablar el uno con el otro.

No podía saber si ahora era de día o de noche, debido a la falta de ventanas, pero mi cuerpo ya me mandaba a dormir, me eche en la cama que tenía y cerré los ojos esperando que al despertar todo esto no haya sido más que una pesadilla. Mientras estaba durmiendo mi cuerpo ardía, sentía como si alguien estuviera golpeando cada uno de mis órganos internos. Desperté, completamente lleno de sudor, me senté en la cama y noté como todo el bello que tenía en el cuerpo se encontraba ahora desparramado en el colchón. Vi mis brazos y piernas y me di con la sorpresa de que ahora eran más delgados y completamente lampiños. Pero no era todo, sentí una incomodidad en mi pecho, me quité la camiseta que tenía puesta y noté que mis pezones estaban muy hinchados. 


-"¿Qué carajos"- dije para mí mismo observando mis pezones, no pude evitar tocarlos con mis dedos, era una sensación completamente diferente, ahora eran mucho más sensibles y al rozar mis dedos con ellos sentía un pequeño placer. Seguí tocándolos, en cierta parte disfrutándolo un poco,  hasta que la voz de Pierina me interrumpió -¿Qué haces?-. Me sentí muy avergonzado y rápidamente me puse la camiseta de nuevo tratando de cambiar de tema. No fui el único con cambios extraños en su cuerpo, Pierina me mostró que, a diferencia mía, a ella le había empezado a crecer bello en sus piernas y brazos, además de que ahora la notaba algo más alta que ayer. . 

Al rato los mismos hombres entraron a "nuestras" habitaciones, trayéndonos comida y algo de ropa limpia. A pesar de que nos rehusamos en un principio, el hambre nos condujo a comer y la necesidad de comodidad a cambiarnos. Pasadas unas horas, un grupo entro a la habitación de Pierina, y se la llevaron mientras ella suplicaba que la suelten entre lagrimas. Pensé lo peor, y empecé a temblar imaginando que me harían lo mismo. Pasó como una hora y la trajeron de nuevo, eso me dio cierto alivio. Pero antes de poder preguntarle a dónde la llevaron, los sujetos entraron y me sacaron a mí. Me llevaron nuevamente a la habitación donde desperté y me ataron a la camilla nuevamente. Estaba el mismo doctor de ayer, este empezó a revisar todo mi cuerpo, sin hacer comentario alguno. Solo anotaba todo en una libreta que tenía. 

-Por piedad, dígame qué me está pasando, por qué mierda mi cuerpo está cambiando, ¡por favor¡- dije desesperadamente. El doctor guardo silencio por un momento pero finalmente respondió -te convertirás en una mujer- dijo con un tono de lamento. No lo podía creerlo, pero, los pezones hinchados, la caída del bello y la perdida de masa corporal daban sentido a lo que decía. Empecé a gritar -yo no quiero ser una mujer, por favor detenga esto, prometo irme sin decir nada, se lo suplico-. El doctor solo agachó la cabeza y susurrando dijo. -Quisiera ayudarlos, pero él tiene amenazadas a dos personas muy importantes para mí-. Por lo que dijo, deduje que él también estaba en contra de su voluntad, -¿quién? ayúdenos, mi padre es policía, puede proteger a esa personas, solo sáquenos de aquí- dije tratando de convencerlo. Él rápidamente tapó mi boca diciendo- shhh él nos ve y nos escucha- dijo señalando con sus ojos a una cámara que se encontraba en la esquina de la habitación. 


Me llevaron nuevamente a mí habitación, le conté todo a Pierina, claro que discretamente pues los guardias de afuera nos podrían oír. Tenía una pequeña esperanza de salir libre y todo dependía de convencer a aquel doctor de ayudarnos a escapar, solo esperaba poder salir antes de ser una mujer por completo. Nuevamente me sentí cansado y al dormir la sensación de calor y el dolor fue la misma. Esta vez me despertaron los gritos de Pierina. Me levanté a ver que le pasaba, ahora parecía más alta que yo, y sus brazos ya eran más gruesos que los míos, y lo más resaltante, su antes prominente busto ahora era completamente plano. No hay que ser un genio para saber lo que pasaba, si yo me estaba transformando en mujer, era evidente que Pierina se transformaba en un hombre. 

Por lo que le había pasado a ella no me percaté de los cambios que había en mí. Ya era tan delgado como cualquier mujer promedio, mi cabello creció hasta llegarme a los hombros. Pero eso no era lo que más me preocupaba, la distribución de grasa de mi cuerpo estaba empezando a cambiar, notando mis muslos, caderas y glúteos con un mayor volumen. Parecía algo sacado de una película de ciencia ficción, muchas personas gastan millones en tratamientos de cambio de sexo y los resultados tardan años en mostrarse, pero nosotros apenas íbamos dos días y ya parecíamos una mezcla amorfa entre lo masculino y femenino. A este ritmo pronto sería una mujer por completo. 


Como el día anterior los hombres nos dejaron comida y ropa y al rato nos llevaron nuevamente a aquel especie de laboratorio para que el doctor nos revise. Pierina fue primero y luego yo, esta vez estaba decidido en convencer al doctor de que nos ayudé a salir y quizá en que nos dé una cura para volver a la normalidad. Pero al llegar lo vi todo golpeado, con bastantes moretones en su rostro. Asumí que esto fue por lo que dije ayer, le dieron una especie de castigo por hablar conmigo y revelar información importante. A pesar de que me moría por salir de aquí, no quería ser el causante de que lo vuelvan a golpear o peor, matar, así que me quedé completamente callado. Desilusionado volví a mi habitación, pero Pierina tenía una expresión muy diferente en el rostro. Me pidió que me acercara a la rejilla, lo hice y de su ropa interior sacó una hoja de papel y un lápiz. Dijo que el doctor la metió en su ropa mientras la revisaba. Solté una sonrisa, parecía difícil pero por fin encontraríamos una manera de salir de aquí. 

Pasé toda la noche pensando, qué les diría a mis padres, cómo reaccionaria mi novia al verme así, ¿podría volver a la normalidad? y largo etc. Caí dormido para luego despertar, no quería abrir mis ojos pues tenía miedo de ver un par de senos a mi al frente o peor revisar mi entrepierna y ver una vagina. Lo primero que noté fue que mis pies ya no llegaban al filo de la cama como el primer día, lo que evidenciaba un drástico cambio en mi estatura. Luego pude sentir mi cabello ya largo, sobre mis hombros. Así mismo, vi mi pecho y ya se notaba un pequeño bulto sobresalir por encima de la camiseta, parecía tener el cuerpo de una adolescente. Pierina aún dormía y aproveché en miccionar, pues era incomodo hacerlo con ella escuchando. Al bajarme el pantalón y el boxer note que mi pene era muy pequeño, parecía ser el de un niño. Esto fue un golpe a mi masculinidad, ya poca, pues lo que me definía como hombre estaba a punto de desaparecer. 

Pierina no se quedaba atrás, ya no quedaba nada de aquel cuerpo femenino que me llamó la atención la primera vez, ahora parecía el de un chico muy alto y con algo de musculo. Sin mencionar que su voz cada vez se hacía más grabe, en contraposición con la mía, que era más aguda. La desperté y nos la pasamos escribiendo en aquel papel para dárselo al doctor, diciéndole principalmente como podríamos ayudarlo. Pierina se lo guardó en su ropa interior y como esperábamos se la llevaron. La operación fue un éxito pues el doctor obtuvo dicho papel sin que la cámara ni los guardias se diesen cuenta. Todo parecía marchar bien de momento. 

A pesar de la emoción y la ilusión de por fin poder salir de aquí y hacer pagar a estos malditos por lo que nos hicieron, la noche de ese día fue la peor. Los dolores que sentía antes no eran nada comparados a los de esa noche, ambos gritábamos y nos retorcíamos en nuestra cama del dolor. Supongo que me desmayé, estaba soñando que volvía a mi casa como siempre, y disfrutaba de una linda tarde de películas con mi novia, hasta que una voz masculina interrumpió esa bella ilusión. -Jey Jey despierta- dijo una grabe voz, pensé que era la un guardia u otro hombre pero, era la de Pierina. Vi a la rejilla y la persona que estaba tras ella no era para nada aquella chica que me dijo que no me moviera hace unos días. Era un hombre muy alto, calculo que debe pasar del 1.80, con unos músculos bien definidos, fácilmente podría ser un modelo. Me quedé embobado aún no pudiendo creer que aquel tipo era Pierina. -Creo que ha terminado- dijo con la cabeza baja -yo, ya soy un hombre por completo- mencionó mientras observaba su entrepierna. Yo con miedo me senté en mi cama y bajé mis pantalones, observando unas piernas largas, sin bello alguno, con unos muslos gruesos. Me daba terror bajar mi ropa interior y ver lo que yacía en mi entrepierna, pero posponerlo no cambiaría nada, así que solo cogí aquella tela bajándola lentamente y lo que vi fue, como temía, una vagina. Queriendo responder a Pierina dije - y yo, yo ya soy una mujer por completo-, al decir esas palabras tapé mi boca, pues escuché por primera vez mi voz femenina -mierda-. 


Como ya era costumbre nos vinieron a dejar comida y ropa limpia, pero ahora la ropa que me daban a mí estaba conformada por una tanga, un sostén, un top que dejaba al descubierto mi cintura y un short. Me negué a usar dichas prendas, pues aún me aferraba a mi masculinidad pero uno de ellos sacó un arma y me dijo que solo tenía 10 minutos. No me quedó otra opción y me desvestí, vi que Pierina pasaba por la misma situación pues ahora tenía que usar prendas masculinas. Me quitaba la ropa que llevaba puesta viendo el cuerpo de una mujer desnuda pero esta vez yo siendo una. Con repulsión cogí la tanga y la subí, viendo como se acomodaba perfectamente a mi trasero y entrepierna, esta se metía entre mi nuevas nalgas, cosa que me hacía sentir incomodo. No sabía ponerme el sostén, pero felizmente Pierina me indicaba como colocarlo desde su lado. Finalmente me coloqué el top que me dejaba la cintura al descubierto  y el short  que era muy corto, exhibiendo mucho mis nuevas piernas. 


Deje la ropa tirada en el piso y el tipo que me amenazo con el arma entró a recogerla para llevársela. Pero el tipo no se fue, se me quedó viéndome por un buen rato, yo no sabía que hacer, así que solo me limité a estar ahí sin moverme ni decir nada. -Que bonita te has puesto, nadie creería que una mamacita como tú antes era un hombre- dijo mientras se me acercaba hacía mí. Me daba miedo, me sentía muy indefenso en este nuevo cuerpo, solo retrocedí hasta que la pared de la habitación me lo impidió. El tipo me acorralo y dirigió sus manos hacía mis senos y empezó apretarlos con fuerza.-Déjalo idiota- gritaba Pierina desde su lado, pero el sujeto sacó su arma nuevamente apuntando a mi vientre. Pierina se quedó callada, mientras yo temblaba y me ponía a llorar de la impotencia de no poder defenderme. El tipo llevó la mano que tenía libre dentro de mi short y de mi tanga metiendo sus dedos en mi nueva vagina, -que deliciosa vagina tienes cariño, y pensar que ahí antes había un pene-. El sujeto no se detenía, estaba pasando por un momento horrible, estaba seguro  que en cualquier momento podría violarme, pero su compañero lo interrumpió diciendo- ya  te divertiste, ahora llevémosla con el doc-. El tipo aún así agarraba mi trasero mientras me conducía hacía esa sala. 


Llegamos y el doctor me vio, quedando impactado. Mis piernas aún temblaban y aún caían lagrimas de mis ojos. El doctor me dio un pañuelo para limpiarme y me hizo sentar en la camilla dando la espalda a la cámara. Revisó cada parte de mi nueva anatomía, me pidió que me quitará el top, lo hice quedándome solo en sostén, el empezó a tocar mis senos suavemente, pregúntame lo que sentía. En eso discretamente aprovechó para meterme un nuevo papel dentro del sostén. A pesar del horrible momento que acaba de sufrir, y sin contar el hecho de que ahora soy mujer, este pequeño papel guardado en mis nuevas tetas era lo que aún me llenaba de esperanza. Luego de más de una hora revisándome, nuevamente hizo una señal y los mismos hombres me llevaron a mi habitación. El mismo desagradable sujeto seguía manoseándome pero yo solo cerraba los ojos pensando en que mi padre lo encerraría para siempre en la cárcel. 

Me dejaron en mi habitación, ni bien se fueron saqué el papel de mis pechos y lo leí, decía "estense listos", mi corazón empezó a latir rápidamente y luego le mostré el papel a Pierina. Estuvimos por horas esperando algo, una señal o lo que sea que nos indiqué que podamos salir. Y de repente la luces se apagaron, estábamos  completamente a oscuras. Luego escuchamos unos disparos a fuera de nuestras habitaciones, yo me tapaba los oídos sintiendo bastante miedo. A los minutos los disparos cesaron, las luces se encendieron nuevamente y nuestras puertas se abrieron, ambos salimos con miedo y observamos los cadáveres de aquellos sujetos que vigilaban nuestras puertas. Era una escena horrible, con sangre por todos lados pero ya estábamos aquí y no había vuelta atrás. El doctor era el responsable, nos ordenó coger las armas de ambos sujetos tirados en el piso para poder defendernos. Yo tenía algo de experiencia, pues mi padre me enseñó, así que la cogí sin dudarlo.

El doctor conocía el camino, nosotros lo seguíamos muy atentos. Tratábamos de ir lo más rápido posible, evitando iniciar una balacera. Yo veía todo el lugar, al parecer se trataba de una fabrica abandona que estos tipos cogieron como base. Por fin llegamos a la puerta y el doctor usaba sus llaves para abrirla, nuestra libertad solo consistía en cruzar aquella, hasta que sonó un disparo. El mismo tipo que me había manoseado hace unas horas había disparado al doctor en el vientre. Pierina disparó también haciendo que ese mounstro se cubra para no salir lastimado, mientras pedía refuerzos por una radio. Yo trataba de ayudar al doctor a ponerse de pie, pero él me detuvo - Yo les causé esto, ahora permítanme pagárselos dándoles libertad, váyanse yo los distraeré- dijo cogiendo su arma. Entre lagrimas Pierina y yo cruzamos la puerta y nos alejamos mientras escuchábamos múltiples disparos. 

Corrimos habían muchos carros a nuestro al rededor, Pierina con su nueva fuerza cogió una piedra y rompió la ventana de uno de ellos. Abrió la puerta y por suerte sabía como encenderlo sin tener las llaves, me subí y rápidamente condujo sacándonos de ahí. Aquella fabrica se encontraba a las afueras de la ciudad, Pierina manejó por horas hasta por fin llegar. Dejamos la camioneta en un sector abandonado pues con esta nos podrían encontrar fácilmente, luego nos limpiamos la sangre y nos dirigimos a la comisaría donde trabajaba mi padre. En el camino notaba como nos miraban, nosotros solo caminábamos lo más rápido posible. Llegamos, y rápidamente pedí hablar con mi padre, diciendo que yo era su hijo. Los policías que me escucharon solo se limitaron a reír, no creyéndome, claro yo tampoco lo haría. Por más que insistimos contando todo lo que habíamos pasado, nos echaron pues creyeron que éramos una pareja drogada o algo por estilo. 

Sin la policía de nuestro lado fuimos primero a la casa de Pierina, pero corrimos con la misma suerte, sus padres no nos creían, pensaron que solo fuimos a búrlanos de la desaparición de su hija. Nuestra ultima opción era ir a mi casa, de camino nos encontramos con mi novia quien al parecer venía de ahí. Intente hablarle confiando en que ella sí me creería -Veronica- grité con mi voz femenina. Ella volteó a verme confundida - ¿Cómo sabes mi nombre?-. Estaba feliz de verla nuevamente pero no era tiempo para ello, necesitaba su ayuda, -Soy yo Jeisson, unos tipos me secuestraron y me transformaron en una mujer-. Ella me miraba de pies a cabeza -Estas completamente loca- dijo alejándose. Esto me rompió el corazón, ni mi propia novia me reconocía. Ahora qué haría, a dónde iría, ese momento todo se me vino abajo, por culpa de esos malditos perdí mi vida por completo. Lloraba desesperadamente en medio de la calle, Pierina me abrazó y me consoló. Ella quería llorar pero tenía que hacerse la fuerte para calmarme. -No podemos rendirnos, sino el sacrificio del doctor será en vano, empecemos de cero pero hagámoslo juntos, sé que no quieres ser una mujer y yo tampoco quiero ser un hombre, pero juntos podremos acostúmbranos y al menos seguir viviendo-.

Ella tenía razón de seguir así pronto nos encontrarían y el sacrificio del doctor sería en vano. No quiero ser una mujer pero quiero vivir, así que no me quedó otra opción que aceptarlo. Planeamos irnos de la ciudad, pues sería más seguro, comenzaríamos una nueva vida desde cero, Pierina como Piero y yo como Jessica. No nos quedó otra opción que robar algo de ropa de un tendedero para ponernos, pues la que teníamos nos podría delatar. No podía andar de exquisito en ese momento y elegir ropa que yo quería, solo pude conseguir un short jean y una blusa rosada, que felizmente se acoplaban a mis medidas. 
 

Lo siguiente era salir de la ciudad, pero no teníamos dinero alguno para pagar un trasporte y hacerlo caminando sería imposible. Se me ocurrió usar mi cuerpo a mi favor, yo era un hombre y sabía como estos pensaban, a pesar de que repudiaba la idea, era la única opción viable para salir de aquí lo más pronto posible. Fuimos a donde estaban los transportistas, aquellos que llevan mercadería de una cuidad a otra. Entonces traté de comportarme como una mujer sensual, era consiente que tenía un muy buen cuerpo así que confiaba en que funcionaría. Me acerqué hacía ellos, que se encontraban conversando en grupo, moviendo mis caderas. Todo marchaba conforme a plan pues logré captar la atención de todos, -qué hace una preciosura como tú por aquí- dijo uno de ellos. Me trague mi orgullo y tratando de emular una voz sensual dije -mi hermano y yo queremos ir a la siguiente ciudad a visitar a nuestra tía, pero no tenemos dinero como para ir en un buz, estaría muy agradecida si alguno de estos apuestos caballeros podría darnos un aventón- me sentía completamente humillado y ridículo. 

-Pues yo justo estaba a punto de irme para allá, y estaría encantado de ayudar a una bella señorita como usted- dijo uno, bajando la gorra que tenía. Al menos mi plan había funcionado, aquel señor nos acomodó en la parte de atrás de su camión junto con las verduras que tenía que llevar y partimos. Pierina, o Piero como me debía acostumbrar a llamarlo, se sentó junto a mí diciendo -gracias por hacer por nosotros, sé que no fue fácil-. Yo solo le sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro, -seguiremos viviendo-. Después de días que ambos teníamos por primera vez un momento de tranquilidad y paz, pero fue una paz momentánea. El camión donde íbamos chocó con algo, haciéndonos caer junto con todas las cosas que llevaba. Las puertas se abrieron y el infierno del cual habíamos escapado volvió a nosotros. El mismo maldito sujeto, con esa misma maldita sonrisa que tuvo mientras me tocaba nos veía. -Woo ustedes si que son un grano en culo, no saben la de problemas que nos han causado- dijo con su voz burlona. 

Ambos estábamos paralizados, todo lo que hicimos fue en vano. Él continuo -¿Hey qué pasó? ¿por qué tan callados? pensé que estarían felices de verme, en especial tú Jessy, pensé que querías que pasemos otro ratito a solas- Esto enojó a Piero quien aprovechando su cuerpo se lanzó contra el tipo y lo empezó a golpearlo. Piero tenía todas las de ganar pero aquel sujeto no estaba solo y sus compañeros lo apartaron y entre cinco hombres lo empezaron a golpear. Yo solo podía gritar -!deténganse la van a matar¡- pero ellos no se detenían. El sujeto que Piero golpeó se levantaba, limpiándose la sangre que tenía en la nariz, y fue hacía mí. -Deja de hacer tanto escandalo perra, él tiene que aprender su lección y tú también, aprenderás tu nuevo lugar-. A  ambos nos subieron en una camioneta negra, Pierina estaba toda ensangrentada y golpeada y yo traba de curar sus heridas. Antes de irse los tipos quemaron el camión donde íbamos con aquel señor que nos ayudó dentro. 

Nuevamente llegamos a aquella asquerosa fabrica, pensé que iríamos nuevamente a las habitaciones donde estuvimos la primera vez, pero no. No sé a donde se habían llevado a Pierina, pero a mí me dejaron en una habitación más amplia, con más cosas que la anterior, con una cama, un televisor, un armario, un tocador y más cosas. Me encerraron ahí, pero al rato entro aquel tipo, -dónde esta Pierina- pregunté enojado. -Ese imbécil está recibiendo su castigo, pero como tu eres muy bonita yo preferí darte un premio- dijo con esa asquerosa voz. Acto seguido se bajo los pantalones y el boxer dejando su pene al aire, -quiero que me lo chupes-. Yo me negué obviamente -primero muerto-. Él solo sonrió y me respondió -si no lo haces daré la orden que le den un balazo en la cabeza a tu amigo, así que si valoras su vida, empieza-. No permitiría que nadie más muera por mi culpa, ya tenía suficiente carga con el doctor y con aquel conductor. Entre lagrima me puse de rodillas, y miraba con asco el pene del sujeto, poco a poco lo fui metiendo a mi boca hasta tenerlo por completo dentro de ella. Sentía mucho asco pero tenía que hacerlo por ella así que continúe dando mi primera mamada.  Pasaron varios minutos y yo solo quería parar pero no me quedaba más opción que seguir, hasta que el tipo sin avisar se corrió en mi boca. 


Rápidamente quite mi boca de ahí, y escupí todo lo que pude, pero ya había tragado bastante semen, sabía horrible. -Para ser tu primera vez no lo hiciste nada mal nena, igual seguiremos practicando- dijo saliendo de la habitación. Yo corrí al baño tratando de vomitar y luego tomé agua del caño para quitarme esa sensación de la boca. Me tiré en la cama llorando, pensé en matarme, golpearme con algo o ahorcarme para así acabar con este sufrimiento, pero si lo hacía Pierina estaría sola y quizá la maten, no podía dejarla o dejarlo. Si escapamos una vez podríamos hacerlo otra, como ella dijo -solo debemos vivir-. Me la pasé pensando alguna manera hasta que la televisión de mi habitación se prendió por si sola, empezaron a pasar unas películas porno, pero esta estaba en perspectiva de la mujer. ¿Qué buscaban con esto?, decidí apagarla manualmente pero no podía, así que solo decidí ignorarlo, aunque era difícil pues era lo único a que prestarle atención. 

Al día siguiente el tipo, que por cierto se hacía llamar Chip, entró nuevamente. -¿Ahora que quieres hijo de puta? dije molesto. -Hey hey tranquila, hoy no haremos cositas ricas lastimosamente- escuchar eso me hizo sentir aliviado, al menos por un día. -Pero si quiero que te pongas bonita, tienes bastante ropa en el armario y mucho maquillaje en el tocador, todo lo que una mujer como tu quisiera, asi que solo diviértete, y si no lo haces pues ya sabes que le pasará a tu amigo-. Salió de la habitación y automáticamente la tv empezó a reproducir videos de moda y maquillaje. Chip me dio solo una hora y debía apurarme si es que no quería complicar las cosas. Revisé el armario y había blusas escotadas, tops, faldas y vestidos, todos muy reveladores, estaba esperanzado en encontrar un short a los que ya estaba acostumbrado pero lamentablemente no hubo ninguno. Cogí una falda y una blusa, junto con un nuevo conjunto de ropa interior y me cambié rápidamente. Luego tenía que maquillarme lo cual fue lo más díficil trataba de imitar lo que hacía la chica del video esperando a que salga bien. Acabó el tiempo y Chip entró -wooo-. 


Chip no dejaba de verme -lo hiciste muy bien, te ves preciosa- dijo él. -¿Eso es todo?- dije con fastidio. -Como siempre renegona, pero sí le diste un día más de vida a tu amigo- dijo eso y se fue de la habitación no sin antes llevarse la ropa que tenía antes puesta. Era incomodo quedarme con esta falda y esta blusa, pero tampoco tenía otra cosa cómoda que ponerme, así que pensando en que Chip no volvería hasta el siguiente día solo me quede en ropa interior y me cubrí con las sabanas de la cama. 

Cada día Chip me mandaba a hacer algo diferente, a veces me obligaba a darle otra mamada, otras a ponerme diferentes tipos de ropa, andar en tacones, acostumbrarme a hablar en femenino y un largo etc. Claro que siempre amenazando con matar a Pierina si me resistía. Sabía que tarde o temprano Chip me ordenaría follar con él, cada vez que lo veía entrar mi mente suplicaba que no me pidiera nada parecido. Pero ese día llegó, yo aún dormía, en ropa interior como estaba acostumbrado ya. En eso Chip entró discretamente a la habitación y quitó las sabanas que me cubrían, exponiendo mi cuerpo en diminutas prendas. -Que rico muñeca, veo que estuviste esperando- se puso encima mío, era muy pesado como para empujarlo, y empezó a besarme. Sabía que negarme o gritar solo me metería en más problemas así que solo dejé que hiciera lo que quisiera con mi cuerpo. Esa noche él me violó, haciéndome perder mi virginidad como mujer. 

Desde esa noche todo cambió para mí, Chip aprovechaba en follarme cada que podía, y con el pasar del tiempo otros miembros de su grupo también lo hacían. Pasé de ser un joven universitario a la puta de una pandilla de mala muerte. Al principio solo me dejaba follar, esperando a que terminen, resistiendo solo por el bienestar de Pierina, a quién hasta ahora no había visto. Pasé meses en esta situación, siendo penetrada noche tras noche. Ellos empezaron a darme ciertos lujos por mi "buen comportamiento" como una mejor habitación, mejores cosas e incluso me dejaban salir al aire libre de vez cuando, claro que siempre estando vigilada. Mi cuerpo dejó de sentir repulsión de los penes que nos penetraban, y poco a poco me fui acostumbrando y empecé a sentir cierto placer por hacerlo. Ya habían pasado como siete meses desde que me trajeron aquí, y yo ya era por completo Jessica la putita a la que le encantaba ser follada por cada miembro del grupo. Quizá mi antiguo yo hubiese rechazado la idea, pero ahora me sentía toda una mujer, y los penes me volvían loca. Sé que jugaron y manipularon mi mente, convirtiéndome en lo que soy ahora, pero la verdad eso me importa muy poco. 

Me volví la consentida, yo les pedía algo y ellos siempre me lo traían claro que a cambio yo les mostraba mis tetas o les daba una buena mamada, era un ganar ganar. Así poco a poco logré tener muchas cosas que jamás pensé tener, estaba en una habitación llena de lujos, con toda la ropa sexy que quisiera me encantaba ponerme, con un montón de pares de zapatos que le hacía juego, era todo lo que una mujer como yo quería tener. Pero aunque ahora haya aceptado mi nueva vida como Jessica aún no sabía nada de Pierina, ya casi había pasado un año desde la última vez que nos vimos. 


Un día, Chip como siempre entró a mi habitación, yo me encontraba viendo una película, -qué quieres hoy, Chip- dije. Él respondió- hoy nada, has sido una buena niña estos últimos meses y pues hay que quiere felicitarte- dijo eso haciendo una señal y  una figura que yo ya conocía entró a la habitación. Era Pierina o Piero porque en ese hombre no quedaba rastro de aquella Pierina. Lo vi y fui corriendo a abrazarlo y él con sus fuertes brazos hizo lo mismo. Después de siete meses nos volvimos a reencontrar. 

-Me amenazaron con matarte si es que no hacía lo que decían- dijo mientras me seguía abrazando con fuerza.-Me tranquiliza que estés bien. 

Nos sentamos a hablar de todo lo que nos habían hecho en estos meses. Resulta que a Piero lo obligaron a utilizar ropa masculina y a hacer ejercicio diario para no perder sus músculos. Luego le enseñaron a usar armas y todo lo relacionado con el trabajo de estos tipos. Le dijeron que robe, golpee y hasta mate si es que no quería que nada malo me pasee. Y el lo hizo volviéndose así parte de esos tipos. Fue subiendo de rango pues era muy habilidoso en lo que hacía hasta que pidió verme. Y ahí estábamos, los dos juntos nuevamente, yo como una puta y él como un vil narcotraficante, jamás nos imaginamos que acabaríamos de esta manera. Pero lo peor es que estábamos corrompidos, sabíamos lo que somos y estábamos conformes con ello, no había marcha atrás. 

En ese momento yo estaba vestida con un pequeño short y una blusa de tirantes, tenía mis piernas juntas ya por costumbre. Nuevamente hubo ese silencio incomodo entre los dos, hasta que él puso su enorme mano en mis muslo, -siempre envidié tus piernas- dijo riendo.

 -Y yo siempre quise tener tus músculos- respondí. 

-¿estos?- dijo él alzándose la camiseta, mostrándome sus pectorales y abdominales. 

-¿Puedo?- dije llevando mi pequeña mano a su abdomen tocando lo duro que estaba. 

El respondió- bueno, para que sea justo también puedo tocar ¿no?-

Yo me mordí el labio, - pues toca- dije alzando mi blusa y mostrando mis tetas en brasier. Él las tocaba con sus manos aprontándolas, haciendo que mi vagina se moje. 

Era evidente lo que pasaría a continuación, ambos lo sabíamos y lo queríamos. Yo tomé la iniciativa y lo besé, él respondió cargándome y poniéndome encima de él. Pude sentir su mano recorrer por mi trasero, apretándolo con fuerza y también sentí su pene parado, cosa que me hacía mojarme más. El uno desnudo al otro, yo le quité su playera y desabroché su correa, mientras el rompió  mi barsier, cosa me excitó aún y me bajo el short. Lo empuje a mi cama y ahí estaba yo encima de él sintiendo su miembro duro en mi entrepierna, mientras el me masajeaba las tetas. 

                                               

Cambiamos de posición él me echó en la cama con mi culo expuesto a él, -tienes un trasero riquísimo- dijo dándome una nalgada muy fuerte. Mi vagina chorreaba moría por ser penetrada por él, hasta el punto que le suplique que lo hiciera. Él sin dudarlo más metió su enorme miembro dentro de mí, había ya cogido con muchos hombres y me encantaba la sensación. Pero coger con Piero fue diferente, lo disfrute infinitamente más. No entendía la razón, pero él tenía algo que me volvía completamente loca. 


Luego de ese día, tuvimos sexo muchas veces más, y descubrí la razón de por qué con él sexo era diferente, era porque lo hacíamos por amor y placer. Todo lo que pasamos juntos creó un vinculo único en nosotros dos, éramos el complemento del otro. Él me dijo que fuera su novia, y aprovecho el cargo que se había ganado para amenazar a todos, diciendo que nadie me podía tocar ni faltar el respeto. Desde entonces soy su mujer y estoy más que feliz con ello, pues lo amo y no quiero que nada malo le pase. 

Hoy es 30 de marzo, ha pasado exactamente un año desde que me secuestraron. Puedo decir que Jeisson está muerto, pues ahora soy Jessica. Soy una mujer, integrante de una de las bandas narcotraficantes más peligrosas del mundo  y la novia de uno de los criminales más buscados. Y saben, soy muy feliz siéndolo. Hoy es un día especial, pues hoy cumplo 20 años, Piero ha estado planeando este día por mucho tiempo, y desde que desperté me ha estado engriendo, realmente es el amor de mi vida. En estos momentos nos encontramos en un lujoso restaurante, esperando comer un delicioso almuerzo. A las finales fue como él me dijo aquel día "juntos podremos acostúmbranos y al menos seguir viviendo".





Fin. 

Chip entraba a una oficina, la confianza y el tono burlesco que lo caracterizaban fueron reemplazados por miedo y respeto. 

???: ¿y?

Chip: Fue complicado, pero logramos replicar la formula de Maghat y la pudimos sintetizar en una píldora. 

???:  ¿Cómo reaccionaron los sujetos de prueba?.

Chip: A diferencia de Piero y Jessica, los nuevos sujetos solo se transformaron en 5 minutos exactos, señor.  

???: Es hora de aumentar la producción y seguir con la siguiente fase. 





Comentarios

  1. Muy buena historia
    Me gusto muchooo
    Valió la espera
    Saludos para Jessica
    Feliz Cumpleaños
    Saludos para VslRo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado. Trataré de publicar como mínimo una historia por semana, y se puede más, para que no sea tanta la espera uwu

      Eliminar
    2. Sii me alegra esperemos tus historias. Ya que no me cansó de leer tus historias una y otra vez

      Eliminar
  2. Sin duda amo la manera en que escribes :3 muy bonita historia y un final hermoso para Jessica y Piero ❤️❤️ ..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Jacg. Ya estoy empezando a trabajar en tu idea ;), espero y te guste.

      Eliminar
    2. Como siempre buenas historias llenas de trama, sexo y pasión....

      Eliminar
    3. Ay muchas gracias Val 😍❤❤ la esperaré con ansias :3

      Eliminar
    4. Hola actualizar tu blog
      Estamos esperando historia

      Eliminar
  3. Valla muchas, muchas, muchísimas gracias por esta increíble historia en mi día, no solo me facino, me encantó no tengo palabras para describirlo, amo este regalo de tu parte Val 💓 muchas gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un pequeño detalle de mi parte, espero que la pases muy bien en este día tan especial para ti <3 .

      Eliminar
    2. Felicidades Jessica
      Feliz Cumpleaños

      Eliminar
  4. Como una pequeña curiosidad, tenía varios finales pensados para esta historia. En primera pensé en que Piero y Jessica lograban escapar, iniciando una nueva vida y hasta teniendo hijos juntos. Luego pensé en matar a Piero y tener encerrada a Jessica, pero luego me dí cuenta que sería un final muy cruel XD. Por ello, decidí que el mejor final sería que los dos acaben juntos pero dentro la organización criminal.

    ResponderEliminar
  5. Muy entretenida la historia, siempre tienes buenas ideas.

    ResponderEliminar
  6. Muy buena historia como siempre uwu, que bien estás llevando la línea

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Comunidad Body Swap

Entradas populares de este blog

45- El concierto

44- Buen vecino

43- Es lo que me queda