10. Madre - parte 2

-okey mamá tu ganas- dijo Daniel, con una expresión de desánimo en su rostro. 

Al escuchar esas palabras Linda soltó una sonrisa, pues todo estaba saliendo como quería. -Bien, entonces tus seis meses, empiezan desde ahora-. 

Así empezó oficialmente el castigo de Daniel, claro, siempre y cuando obedeciera todo lo que su madre le decía. Linda quería aprovechar el poder que tenía sobre el en este intervalo de tiempo para volverlo alguien útil y responsable. Ella siempre se había dedicado a hacer todo en la casa, pues pensaba que Daniel debía enfocarse al 100% es sus estudios, sin embargo, solo terminó por formar un haragán que ni arroz podía hacer.  Así que, lo primero que le ordeno fue que le acompañe a la cocina y que observe con atención lo que ella hacía, pues de ahora en adelante él sería quien se encargue de hacer la comida. Daniel sin tener escapatoria solo se limitó a observar callado. Linda terminó de explicarle lo básico y ordenó a su hijo a lavar todo lo que quedó sucio. Daniel terminó luego de un buen rato, el día había acabado y con solo lavar había quedado exhausto, se tiró a su cama pensando que estos serían unos seis meses muy largos. 

Daniel había vuelto ser un hombre, logró independizarse de su madre y ahora vivía con su sexy novia en un lujoso departamento, en estos momentos estaba en una fiesta juntos con todos sus amigos, celebrando a lo loco, estaba muy feliz hasta que sintió como un chorro de agua quitaba aquella ilusión. -¡ahh qué pasa¡- dijo con su voz femenina, que le hizo percatarse que solo soñaba. -Es hora de despertar, tienes muchas cosas que hacer hoy- dijo su madre quien lo despertó tirándole un vaso con agua. -Aún son las seis de la mañana, no crees que es muy temprano- dijo renegando, tratando de seguir cubierto por las sabanas. -Ni un pero, levantate de una vez o reiniciaré el tiempo- dijo Linda. Daniel no estaba dispuesto a perder ni un solo día, así que no tuvo de otra. -Bien hoy tengo que trabajar, así que te encargaras de hacer la comida y limpiar la casa, todo tiene que estar listo para cuando vuelva, tienes bastante tiempo así que no creo que tengas problemas-. Sin decir más, la madre se fue al trabajo mientras Daniel renegaba por dentro. 

Muy fastidiado se puso música a alto volumen y empezó a limpiar. Le resultó bastante difícil pues no tenía nada de experiencia, y la ropa que llevaba se le paraba cayendo y era muy floja, cosa que empeoraba la situación. Luego tuvo que cocinar, trató de aplicar todo lo que su madre le dijo y se ayudó con algunos videos de internet, ya era medio día y por fin había terminado, si ayer había terminado cansado hoy terminó muerto, no entendía como su madre podía hacer esto a diario. Su madre llegó, y Daniel alistó la mesa y sirvió la comida, Linda la probó y se quedó callada por un buen momento. Daniel sintió algo de miedo pues pensaba que había hecho todo mal, sin embargo, Linda lo felicitó diciéndole que le había salido muy bien para ser su primera vez. Daniel se limitó a sonreír, creía que su madre solo actuaba para no hacerlo sentir mal. 

El resto de días fue igual, cada tarde Linda le enseñaba como hacer un nuevo platillo, y Daniel al día siguiente lo replicaba. Linda probaba emocionada cada platillo, dándose cuenta que a su hijo le salían los platos mejores a ella, -realmente tienes talento para la cocina, cariño- dijo Linda un día. Esto hizo sentir a Daniel, pues él siempre pensó que no destacaba nada y que su madre le dijera esas palabras le daba cierta alegría. Es por ello, que dejo de ver a la cocina como algo pesado y sintió motivado por aprender más y más, al menos eso le serviría de pasatiempo todos estos meses que este como mujer. Llegó un momento en el que ya no era necesario que Linda le esté enseñando, Daniel cogía recetas por si solo de internet, ponía su música a alto volumen y cocinaba a gusto. 


Algo que nunca cambió hasta ese entonces fue la insistencia de Daniel en seguir usando su ropa masculina, pues era la única muestra de hombría que le quedaba. Linda tampoco quería obligarlo a usar ropa femenina, no quería arruinar el progreso que había logrado con él, pero era evidente que Daniel no esta muy cómodo con sus pantalones cayéndose a cada rato o con sus pechos rebotar con cada paso que daba por no llevar ningún brasier. Entonces con la intención de que Daniel estuviese más cómodo, Linda puso la excusa de enseñarle a hacer las compras, pues estaba claro que Daniel no podría ir a la calle usando ropa de hombre. Este trato de convencer a su madre de no ir, pero tampoco es que tuviera mucho control ahora, así que tuvo que obedecer. Su madre logró conseguir ropa de su talla y se la dio para que se la ponga. 

Daniel renegando se dirigió a su cuarto y tiró la ropa a su cama, cogió primero la braga negra preguntándose como algo tan pequeño podría caber en él. Tragó saliva, se desnudó y con mucha lentitud subió la braga por sus piernas hasta llegar al tope. Una vez ahí notó como esta se acoplaba perfectamente a su cuerpo, además de que la tela de la misma era mucho más suave, no lo quería aceptar pero usar aquella braga era más cómodo que usar sus típicos boxers. Luego cogió el jean y tuvo que hacer un gran esfuerzo para que este termine de subir. A diferencia de sus jeans "normales" este era muy pegado, exhibiendo por completo la forma de sus largas piernas, no era algo que le agradé pero prefería esto que una falda o un vestido. 


Llego la hora de la parte superior, pero Daniel no tenía idea de como colocarse el sostén. Había quitado muchos antes, pero colocárselo era una cosa muy distinta. Sin más que hacer, tuvo que pedirle ayuda a su madre quién fue de inmediato a ayudarle. Mientras Linda, le colocaba el sostén a su hijo, recordó que siempre anheló tener una niña, a la cual poder enseñarle todo el mundo femenino, sabía que no era lo más moral, pero pensó que ahora que Daniel era un mujer podría aprovechar este momento para tener esos momentos "madre e hija". Finalmente Daniel se colocó una blusa que no dejaba ver mucho y estaba listo para salir, se vio al espejo y, a pesar de que no traía nada fuera de lo común, este reflejaba a una mujer muy guapa, una a la que Daniel no dudaría en ligar si es que esa mujer no fuera él. 

Ambas mujeres salieron de la casa con dirección al supermercado. Ya en la calle, Daniel andaba con vergüenza no despegándose de su madre.  Ahora por su nueva talla y contextura se sentía indefenso y las miradas que sentía por parte de los hombres no ayudan en lo absoluto. Llegaron y Linda se la pasó explicándole como elegir las cosas y a comparar precios, Daniel no podía concentrarse pues solo pensaba en como iba a hacer cuando viniera solo. Terminaron y regresaron a casa, Daniel de inmediato se fue a cambiar, pero decidió dejarse la ropa interior pues podría andar con más comodidad por la casa ,siendo el plan de Linda nuevamente un éxito. 

Exactamente ya había transcurrido un mes y dos semanas desde que Daniel aceptó el trato de su madre y ese día Linda llegó muy feliz de trabajo. El motivo es que había invitado a su jefe a cenar. Esto era muy importante para ella pues con esto podía ganarse un aumento de sueldo. Como dije Daniel tenía un talento para la cocina, Linda confió en que él podría una cena espectacular. Así que le ofreció reducir un mes de su castigo, a cambio de que todo salga perfecto. Acordaron en que Daniel estaría en su cuarto mientras que Linda cenaba a solas con su jefe. Todo transcurrió conforme al plan y Daniel dejó todo listo para la velada y se encerró en su cuarto. Sin embargo, el jefe de Linda vino con una pequeña sorpresa, pues trajo a su hijo consigo. Era un apuesto joven que aparentaba tener una edad muy cercana a la de Daniel. Linda no se hizo problema por aquel joven y sirvió la deliciosa comida que su hijo preparó. 

Era una cena muy amena, tanto el jefe de Linda como su hijo mostraron ser personas muy amables e interesantes. En eso, por accidente, Linda derrama un poco de vino en el pecho del joven, embarrando su camisa. Linda sabía que había arruinado todo, pero contrario a lo que esperaba, el joven dijo que no pasaba nada, solo le pidió que le indicara en donde estaba el baño para poder secarse. Linda muy apenada le indico y el joven fue por su cuenta. Mientras todo esto pasaba Daniel estaba jugando videojuegos, hasta que de repente le dieron ganas de ir al baño. Para su desgracia en su casa solo había un baño así que salió de su habitación haciendo el menor ruido posible, para que no se percaten de su presencia y cuando estaba apunto de llegar y abrir la puerta, una voz masculina lo sorprendió - hey, hola-.

Daniel saltó de la sorpresa y al girar vio a un joven, muy alto y apuesto. Él se sintió muy nervioso, nunca antes se había puesto así frente a otro hombre, quizás era porque pasó meses sin contacto con gente de su edad, o porque ahora se sentía muy pequeño ante tan imponente figura, también podía ser porque traía nada más un short muy pequeño y un top que dejaban mucho a la imaginación. 


Daniel no sabía que decir, no esperaba encontrarse con ese tipo. El buenmozo al no recibir respuesta de aquella despampanante rubia, dijo -veo que eres tímida, tranquila, solo vengo a secarme y me iré, pero si vas a usar el baño puedo esperar- dijo en tono amable y cálido. 

Daniel odiaba que se refieran a él en femenino, y en estos momentos más. Recordó que todo tenía que salir bien para reducir un mes a su "condena" y sabía que este sujeto era importante para el trabajo de su madre así que tuvo que meterse en el papel de mujer, para guardar apariencias. -No te preocupes, entra tú- respondió Daniel, quien no evitar dirigir su mirada a la parte mojada de la camisa del hombre. Pensó que sería un buen gesto prestarle una de sus camisas, pues esto podría darle puntos a su madre y en consecuencia le daba más chance de ser un hombre más rápido. Así que corrió a su habitación y sacó una camisa suya para que el joven se la pudiera poner. 

El chico salió del baño y vio a la hermosa rubia esperándolo con una camisa en sus delgados brazos. -Puedes ponerte esto, debe ser incomodo estar con una camisa mojada- dijo Daniel entregándosela y sintiéndose como un tonto con esa voz. 

El chico recibió la camisa con una sonrisa -hey gracias, que detalle, tranquila te la traeré como nueva mañana mismo-. 

Daniel solo se limitó a soltar una sonrisa y mirar al suelo, más incomodo no podía estar. Justo antes de que este pudiese irse para encerrarse en su habitación nuevamente, Zaid lo interrumpió - por cierto, ¿cómo te llamas?-, se moría de ganas por saber el nombre de aquella chica. Nuestro protagonista por el nerviosismo dijo lo primero que se le ocurrió -yo me llamo... Daniela-. 

 CONTINUARA...

Bueno esto ha sido la parte de 2 de "Madre" espero que les esté gustando como se va desarrollando la historia. Así mismo aprovecho este espacio para agradecer a las personas que han respondido la encuesta, me ha servido de mucho leer sus sugerencias. Así mismo, no olviden que si tienen alguna petición o idea para una próxima historia no duden en dejarla en los comentarios. Sin más que decir, me despido hasta una próxima historia. 


ValRO. 

Comentarios

  1. Me gusto mucho está continuación, el desarrollo promete bastante, te felicito y también quería decirte que aprecio tu iniciativa para querer mejorar, realmente te deseo lo mejor en tu blog, sigue así Val

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    1. Muchas gracias, Jess, espero que algún día llegue a ser como el tuyo

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  2. Este capítulo me gustó mucho 😍❤ como Daniel se va adaptando y este encuentro fue una delicia :3 .. muy bonito todo 😊 gracias por todo tu esfuerzo Val :3

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  3. Buena historia cada vez con más sorpresa esperando la tercera parte

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  4. Muy entretenido el capítulo, ponerse ropa es un primera paso para muchas en la vida de Daniela. Esperare con ánimos el siguiente cap.

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  5. Cuando llega el siguiente capítulo estamos ansiosos

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