10. Madre - parte 3

-yo me llamo...Daniela- respondió nuestro protagonista. 

-Es un nombre lindo, para una chica igual de linda- expresó el joven con obvias intenciones de coqueteo. Sin embargo, contrario a lo que se esperaba, aquella rubia reaccionó con una expresión de incomodidad al comentario. -Oh lo siento mucho, debí suponer que tenías novio por la camisa- continuó, tratando de remediar la situación. 

Al escuchar esa última frase, el orgullo masculino, que aún estaba muy presente en Daniel, provocó que este reaccionara de inmediato. -claro que no tengo novio- dijo en voz alta. 

Esa rápida reacción alegró al joven, pues tenía el camino libre para conquistar a aquella despampanante mujer. -oh, dónde están mis modales, me llamo Zaid es un gusto conocerte, Daniela- dijo con su ya característica sonrisa de niño bueno. 

-El gusto es mío, Zaid- Daniel fingió una sonrisa mientras por dentro no veía la hora en que este tipo lo deje en paz. 

-¿Y por qué no estás cenando con nosotros abajo?- 

-No me gustaría molestar- 

-No creo que molestes, pero si no quieres ir tampoco te puedo obligar, sin embargo, yo lastimosamente sí tengo que volver, gracias por la camisa- Zaid sonrió, se dio media vuelta con dirección al comedor.

Daniel rápidamente se encerró en el baño, su corazón latía muy rápido, como si acabase de llevarse el susto de su vida. Se sentía complemente humillado, no solo por el hecho de que lo hayan visto usando estas prendas tan femeninas y pequeñas, sino porque le estaban coqueteando como a una chica, cosa que hería gravemente su hombría. Luego de estar un buen rato en el baño, se metió nuevamente en su cuarto y se puso a jugar videojuegos con la intención de olvidar esa noche. 

A la mañana siguiente, Linda despertó a Daniel, pero esta vez traía un buen humor, esto debido a que la cena había sido todo un éxito. Como se lo prometió, redujo un mes del castigo, cosa que también alegró a Daniel, pues ahora volvería a ser un hombre mucho antes de lo esperado. Sin embargo, el castigo aún tenía para rato y aún se veía obligado a seguir haciendo las tareas domesticas. Y ese día en especial, Linda le ordenó hacer las compras. Daniel estaba aterrado, si la primera vez que salió acompañado de su madre se sintió acosado e indefenso, ahora que saldría solo sería mucho peor. Trató de convencer a su madre de que lo acompañase, pero esta se negó, pues su trabajo de lo impedía. 

Sin más opción Daniel se armó de valor, se dio un baño, se puso un cachetero y un brasier, luego un pantalón jean suelto y una polera que le ayudaba a disimular el tamaño de sus senos. Estaba revisando la lista, asegurándose de que no se le olvide nada por apuntar, hasta que el timbre del departamento sonó. Daniel no tenía idea de quien podría ser, su madre siempre siempre llevaba llave y nunca esperan visitas por su condición. Con algo de temor, abrió la puerta y nuevamente, aquella sensación de la noche pasada se volvió a repetir, pues era Zaid. 

-hola, Daniela, como lo prometí aquí tienes la camisa, está como nueva- dijo entregándole una bolsa en donde estaba la camisa. Aquella camisa era la perfecta excusa para que Zaid pudiera hablar de nuevo con esa hermosa mujer. 

Daniel recibió la bolsa y la dejó a un lado, pensando en su tan mala de suerte de encontrarse nuevamente con ese tipo. 

-¿vas a algún lado?- preguntó Zaid al ver la ropa que Daniela llevaba. 

"mierda por que no se mete en sus asuntos" pensaba Daniel. -Sí, de hecho tengo que ir a hacer las compras ahora- dijo con la intención de que se fuera de una vez. 

-Oh genial, yo también quería comprar algo, si quieres te puedo llevar- dijo señalando su auto. 

Daniel estaba apunto de rechazar la oferta, pero analizando las cosas se dio cuenta que era preferible ir en el auto de Zaid que andar solo como una chica por la calle. Así que, pese a que no soportaba al sujeto, tuvo que aceptar. Ya en el auto Zaid aprovechó en conocer a "Daniela", le preguntaba varias cosas, para saber de su vida y gustos, sin embargo, Daniel respondía cortante y frío para que le quedase claro que no le interesaba. Ya en el supermercado, Zaid le hacía el favor de llevar el carrito mientras Daniel escogía las cosas. Así siguieron por un buen rato, hasta que pasaron por la sección de tecnología, ahí estaba en exhibición uno de los juegos más esperados del año, cosa que captó la atención de ambos.  

-No puedo creer que lo tengan rápido- dijo Zaid, tan emocionado como un niño.

-Yo tampoco, no me percaté de cuanto tiempo ha pasado, muero por jugarlo- dijo Daniel igual de extasiado , olvidándose por un momento de su papel de chica fría y desinteresada. 

Zaid se percató de esto y dijo - woo es la primera vez en todo el día que te veo sonreír-

Daniel consiente de que lo había arruinado trató de remediarlo -es que me gustan mucho los videojuegos, en especial esa saga, la juego desde pequeño.... digo pequeña-.

-Me alegra que por fin tengamos algo común, tengo una idea. Compraré el juego y si deseas podemos jugarlos juntos.

Nuestro protagonista se quedó pensativo, no quería pasar más tiempo con este tipo pues esto implicaba comportarse, vestirse y hablar como una chica. Pero, por otro lado, pasaría tiempo para que él pueda conseguir el videojuego por sus medios, pues, debido al castigo, su madre no le daría el dinero. Decidió priorizar su recreación, pues su amor por la franquicia era capaz de superar su orgullo, así que aceptó. Zaid se sintió feliz por la respuesta y luego de llevar a Daniela nuevamente a su casa, la invitó a ir el día siguiente a la suya para jugar. Parte de Daniel se arrepentía de aceptar la propuesta pero se convencía así mismo pensando "que es lo peor que puede pasar". 

El día llegó, Daniel acabó todos sus deberes, se dio un baño, se puso algo que, como siempre, escondía su figura, llamó a Zaid para que la viniera a recoger, y este vino lo más rápido que pudo. Ya en el hogar del muchacho, Daniel se quedó con la boca abierta pues era una casa bastante grande y lujosa. Zaid se comportó como un anfitrión de lujo, invitándole bebidas y piqueos para merendar mientras jugaban. Contrario a lo que nuestro protagonista esperaba, fue una tarde bastante divertida, Zaid demostró ser un jugador maestro, cosa que hizo mucho más interesante el enfrentamiento. Debido a que el juego era muy largo como para acabarlo en un día y a que ambos se divirtieron decidieron continuar al día siguiente y al siguiente y al siguiente de ese. Cuando la acabaron empezaron a jugar otros títulos, formando así una  bonita amistad. 


Con el pasar del tiempo empezaron a hacer más cosas juntos, se reunían para ver  películas de acción y de guerra juntos o a ver jugar a su equipo favorito, que curiosamente era el mismo, cada semana iban juntos a hacer las compras, etc. Incluso Linda quedó sorprendida con la amistad de estos dos, pero al ver a su hijo era alegre nuevamente supo que era lo mejor. Daniel veía en Zaid a un gran amigo, con el cual poder divertirse y en el que confiar. Mientras que Zaid cada vez se enamoraba más de "Daniela", y con justa razón, era sorprendente que una chica tan linda y sexy como ella tenga gustos tan "masculinos". 

Linda tampoco perdió el tiempo, y aprovecho esta oportunidad para cumplir su sueño de tener una hija. Obligaba a Daniel a acompañarla al centro comercial, en donde no paraba de darle bastante ropa para que se pruebe. Así mismo, aprovechaba en maquillarlo o en experimentar con su cabello. Daniel renegaba, se sentía como una muñeca a la cual tienen que vestir, sin embargo, pudo notar a su madre feliz, su culpa le hizo sentir que se lo debía, así que fingió estar disfrutándolo. Pero poco a poco y sin quererlo esa farsa se hizo real y la mente de Daniel se empezaba a acoplar al mundo femenino que le presentaba su madre. Así, sutilmente Daniel cambiaba su estilo de vestir masculino a uno más femenino y estilizado.  

Cierto día Daniel se alistaba para dormir, venía de jugar videojuegos con Zaid y se encontraba exhausto. Se quedo solo en las bragas que llevaba y se cubrió con una de sus viejas camisetas, para luego quedar profundamente dormido. Soñaba que se encontraba en su casa, cocinando como siempre, con la música a todo volumen. En eso Zaid aparecía de la nada y le tiraba una nalgada, diciéndole -hola mi amor-. Fuera de enojarse, a Daniel parecía gustarle y respondió dándole un beso. De la nada ambos ahora estaban en su habitación y Zaid besaba todo su cuerpo, empezaba a quitarle cada prenda que llevaba hasta que dejó a Daniela completamente desnuda. -Vamos pídemelo perra- decía Zaid ya completamente desnudo. -Dámelo por favor, lo necesito-suplicaba Daniela, y de inmediato Zaid empezó a penetrarla.

En ese momento Daniel despertó, su corazón se encontraba muy acelerado, no sabía por qué había soñado eso. Sin embargo una sensación extraña en su entrepierna llamó su atención, este dirigió su mano a esa zona y descubrió que estaba completamente húmeda. "Mierda, a caso me excité con ese sueño" se preguntaba así mismo, "no no, no soy gay no soy gay". Sentía miedo de estar en esta situación, pero también curiosidad, en todo este tiempo nunca tocó ni exploró su cuerpo, salvo para bañarse, pero ahora el morbo por saber que es lo se siente masturbarse como mujer era mucho. Metió su mano por debajo de la braga, sus dedos tocaban el interior de su vagina y poco a poco fue introduciéndolo con lentitud. 

Al hacerlo sintió un gran choque de electricidad recorrer todo su cuerpo, su otra mano masajeaba una de sus tetas, apretándola y jugando con su pezón. Se dejó llevar por el gran placer que sentía y soltaba pequeño gemidos muy femeninos. "Se siente muy rico" pensaba mientras metía y sacaba sus dedos de su vagina con mayor velocidad. Se desnudó por completo y ya sin ninguna mesura disfrutó de su primera masturbación como mujer. 



Gracias a todo lo mencionado Daniel había dejado de ver este castigo como tortura, y en su lugar lo contempló como una oportunidad de aprender y mejorar. Disfrutaba mucho de cocinar, tanto que estaba convencido de estudiar gastronomía cuando vuelva a ser hombre. Se había vuelto adicto a las masturbación, descubriendo que las mujeres siente un mayor placer. Se divertía mucho con Zaid, al punto de considerarlo su mejor amigo, solo le daba cierta pena que cuando vuelva a la normalidad su amistad acabaría. Así mismo, la relación con su madre se hizo más cercana, le tenía más confianza y disfrutaba pasar tiempo con ella, ya sea cuando iban de compras o le enseñaba a maquillarse. Se empezó a formar una dualidad en la mente de nuestro protagonista, mientras su lado masculino aún se aferraba a volver a la normalidad, otra parte de él disfrutaba de su vida como Daniela. 

Ya en la última semana del castigo, Daniela y Zaid se encontraban jugando juntos, como ya era costumbre. Pero este día Daniela tenía una expresión triste y desanimada, pues sabía que esta sería de las ultimas veces que pasaría una tarde con Zaid. El joven se dio cuenta y no dudo en preguntar lo que pasaba. "No puedo desaparecer de la nada, él preguntará por mí, al menos quiero despedirme", pensaba nuestro protagonista. -Dentro de unos días me iré, del país- dijo inventando un pretexto.

-jaja esta bien que vayas perdiendo pero no es para que bromees- respondió Zaid intentando no creerlo.

-no bromeo, idiota, me iré y jamás volveré- la expresión triste de su rostro comprobaba que lo decía era cierto. 

-Pero pero ¿por qué?- Zaid dejó de jugar para prestarle atención. 

-cosas familiares...-

-al menos estaremos en contacto, te llamaré todos los días- 

Daniel sonrió, mientras una lagrima caía de sus ojos verdes -no creo que eso sea posible..-

-Debe haber una forma, no puedes irte, ¿con quién jugaré?-

-Me temó que no hay otra opción, la verdad te extrañaré-

-entonces no te volveré a ver jamás...-

Daniel solo bajo la cabeza 

-si es así, tengo algo que decirte- Zaid se armó de valor -desde aquella noche que te vi por primera vez, me pareciste una mujer hermosa, realmente me gustaste. Y gracias a todo este tiempo que hemos pasado juntos creo que yo...no, estoy seguro de que yo me he enamorado de ti. Quería decirte esto antes, pero no tuve el valor y ahora que te vas, me arrepiento más que nada. 

Daniel quedó impactado por lo que dijo Zaid, sabía que un inicio este intentaba coquetearle pero no pensaba que llegaría a este punto. Sin saber que responder ni que hacer y con su corazón latiendo a mil por hora, instintivamente se lanzó a Zaid y lo besó. Este impresiona por el actuar de la mujer correspondió el beso y ahí estaban, dos jóvenes besándose en el sofá. Daniel por un lado se arrepentía de esto, pero por otro lado los disfrutaba y lo quería, este lado hacía que sus labios no se despeguen de los de aquel apuesto joven. Como en aquella noche de la "pesadilla", sintió como su cuerpo se calentaba y como su amiga de abajo se humedecía, su cuerpo pedía que vaya más allá. "Ya estoy besando a un hombre, da igual que haga más, de todas formas olvidaré todo esto cuando vuelva a la normalidad", pensaba Daniel para excusarse por lo que estaba apunto de hacer. 

Empezó a desabrochar la camisa que Zaid llevaba, y sus pequeñas y delicadas manos acariciaban el duro pectoral del hombre. Zaid no se quedó atras, y condujo sus manos hacía el gran trasero de Daniela y lo apretó con fuerza. Esto prendía más a Daniel quien por ese momento decidió olvidarse de todo y dar riendo suelta a Daniela. Con su lado femenino dominándolo, Daniela se quitó la blusa que llevaba dejando ver a Zaid sus tetas, aún cubiertas por el sosten. Este no dudo y se lo quitó de inmediato, dejando aquellos senos completamente desnudos, acto seguido empezó a lamer esos pezones duros para luego chuparlos y morderlos, en consecuencia Daniela empezó a gemir y jadear como la mujer que ahora era. Zaid cargó a Daniela, mientras seguía besándola la llevó hasta su habitación. Daniela sabiendo lo que estaba por pasar desabrochó su pantalón y Zaid de inmediato se lo quitó. Empezó a besar los torneados muslos de la mujer hasta llegar a su braga, la cual quitó con su boca. La vagina de Daniela estaba completamente húmeda, rogaba por tener algo dentro para saciarla y Zaid no la sabía. Se bajó los pantalones y el boxer, dejando salir a un pene de tamaño considerable que dejo babeando a Daniela aún más. -Tengo unos condones en mi cajón, dame un momento- dijo algo apenado el joven. 

-No- respondió Daniela, su deseo hablaba por ella -quiero sentirlo así- la calentura del momento nublaba su juicio, además, esta sería la única oportunidad que tendría para sentir algo así. Zaid también cegado por el deseo, no lo pensó más, he introdujo su miembro dentro de la virgen vagina de Daniela, haciéndola agarrarse fuertemente de las sabanas mientras gritaba del placer. 

Sabiendo ambos que esta sería su primera y ultima vez juntos, aprovecharon el tiempo todo lo que pudieron, teniendo una intensa sesión de sexo. Llegó la hora del clímax y Zaid estaba apunto de correrse, pero antes de que pueda sacar su pene, Daniela lo atrapó con sus piernas, pues se moría de ganas de sentir el semen dentro de ella. Sin otra opción Zaid se vino dentro de la rubia, llegando los dos al orgasmo. Ambos exhaustos se recostaron en la cama, cubiertos por las sabanas. 

-wooo eso fue increíble- dijo Zaid 

-sin duda, es mejor de lo imaginaba-

-oye,¿ no será bueno que compremos unas de esas pildoras del día siguiente?, será mejor evitarnos ya sabes...-

-tranquilo, yo me encargo de eso- "no creo que importe, cuando vuelva a ser un hombre será como si nada hubiese pasado".

-gracias por todo este tiempo, fue divertido mientras duró- mencionó Zaid melancólico. 

-gracias a ti- dijo dándole un beso nuevamente. 

Luego de un rato, ambos se bañaron juntos, se cambiaron y Zaid, como siempre, llevó a Daniela a su hogar. Ya ahí, Daniela estaba pensando en todo lo que acababa de pasar, "no puedo creer que haya tenido sexo con un hombre, pero se sintió tan rico... no, solo lo hice para experimentar, no quiero quedarme como mujer, yo tengo que volver a ser un hombre". 

Llegó el día, por fin había acabado el castigo. Daniel se levanto feliz y se dirigió al espejo para ver su cuerpo femenino por ultima vez. Realmente se había acostumbrado a ver esos senos colgados, esa cintura pequeña y a esas despampanantes piernas. Tocó el espejo, como si pudiese hablar consigo mismo y dijo -adios Daniela, fue divertido-. Despidiéndose de una parte de él. 


Acto seguido se dirigió a la habitación de su madre.

-buenos días mamá- dijo con una sonrisa 

-hola cariño- Linda respondió, sentada en su cama. -creo que ya es momento-

-sí ya es momento, realmente siento mentirte, fui un pésimo hijo, prometo ser una mejor persona de ahora en adelante- dijo de corazón y al borde de las lagrimas. 

-oh cariño ven acá- dijo abrazando a su hijo, ambas mujeres abrazadas empezaron a llorar -no eras mala persona, solo te faltaba una ayuda, sé que esto no fue fácil para ti pero creo que era la única forma de que me escucharas-.

-sí, y gracias por querer ayudarme a pesar de que fui malo contigo- 

-para eso soy tu madre, entonces, ¿estás listo?

-sí mamá, ya es hora. 

Linda abrió el cajón de su mesa de noche, sacando un pequeño frasco, luego se paró y se dirigió a la cocina por una vaso con agua, mientras Daniel esperaba sentado en la cama de su madre. Linda regresó en breve, le dio el vaso a su hijo y abrió el frasco, donde solo había una pastilla. 

-si te tomas esta píldora, volverás a ser un hombre.  

-¿eso y ya? pensé que sería algo más complicado.

-no, la primera vez molí la píldora y la vacié en el jugo que te di, a los minutos te transformaste, es para lo que sirven estas píldoras- 

Daniel no podía creer que esa cosa tan pequeña era capaz de alterar todo su cuerpo y genética. 

-Entonces dolerá como esa vez- dijo Daniel con algo de miedo

-Supongo que sí, pero estaré contigo en todo momento- dijo Linda agarrando su mano.

Daniel dio un suspiro, y miró a su madre -cuando vuelva a ser un hombre, quiero estudiar gastronomía, mamá- dijo sonriendo. 

Linda al escuchar que su hijo ya tenía algo planeado para su vida solo sonrió, estaba muy orgullosa. 

"Bien adios Daniela hola otra vez Daniel" pensaba nuestro protagonista mientras ingería rápidamente la píldora. Luego se echó en la cama de su madre esperando a que la metamorfosis empiece, eran minutos tensos pues ninguna de las dos sabía en que momento iniciaría. Pasaron quince minutos, después media hora, luego una, dos, tres y el cuerpo femenino de Daniel no presentaba cambio alguno. Linda algo asustada por el retardado efecto recomendó a su hijo dormir, quizá ahí dormido su cuerpo cambie. Daniel durmió por horas y cuando abrió los ojos nuevamente vio aquellos grandes senos seguían en su pecho. 

-por qué sigo siendo una mujer- dijo asustado - la vez pasada solo pasaron minutos...

-quizá por el todo tiempo que estuvo guardada, perdió el efecto- mencionó su madre igual de asustada- trataré de conseguir otra de inmediato- dicho esto salió rápido a conseguir otra, mientras Daniel temblaba de la desesperación. A la media hora Linda volvió. 

-¿pudiste conseguirla?-preguntó Daniel 

-sí, vamos tómala 

Daniel nuevamente ingirió la píldora, cerró los ojos pensando en que esta vez funcionaria, pero igual que la primera vez no pasó nada. Linda ya desesperada llamó a su contacto para reclamar que las píldoras estaban defectuosas.

-Chip, me dijiste que funcionaban- dijo molesta por teléfono

-Claro que funcionan, te las di directas del laboratorio, jamás engañaría a mi amiga de toda la vida-

-!Pero mi hijo, sigue siendo una mujer, ya pasaron horas y sigue igual¡

-mm que raro, se supone que la transformación ocurre en cuestión de minutos... a menos que ..

-a menos que ...

Luego de la llamada Linda salió a toda prisa a la farmacia más cercana, en donde compró la prueba de embarazo más cara y por lo tanto confiable. Alterada llegó a su cas y se la dio a su hijo. 

-¿Por qué me das esto?- pregunto Daniel asustado y confundido 

-tuviste relaciones sexuales, dime que utilizaste un condón- dijo Linda preocupada 

Daniel recordó todo lo que hizo con Zaid y empezó a temblar - yo...yo... sí las tuve, pero fue solo una vez lo juro- digo desesperado

-¿pero usaste condón? ¡Responde¡-

- No, pensé .. que no importaría¡

Ambas mujeres estaban asustadas, Daniel se imaginaba lo peor, Linda acompaño a su hijo al baño y le enseño como usar la prueba. "Por favor tiene que salir negativo, tiene que salir negativo" pensaba Daniel mientras tenía la prueba en su mano. Luego de unos minutos la prueba dio un resultado, Daniel no quería verlo, así que Linda lo hizo y para su mala suerte, dio positivo. 

-Mi amigo dijo que la píldora pierde su efecto, si el sujeto o mejor dicho si la mujer que lo va consumir está embarazada....

Daniel entró en llanto, su deseo y calentura había arruinado la única oportunidad que tenía de ser un hombre nuevamente. Su madre lo consolaba, se sentía también culpable por desconocer esto y no advertirle. Daniel compartía los mismos ideales de su madre, por ello abortar no era una opción. 

-No quiero seguir siendo una mujer, no quiero tener un hijo- decía Daniel entro sollozos.  

-Lo sé cariño, pero te dejaste llevar y esa criatura no tiene la culpa-

-Lo sé...tengo que hacerme responsable-

-Pero no eres el único, ¿el padre es Zaid cierto?

Daniel avergonzado bajo la cabeza en señal de afirmación.

Al día siguiente, Linda llamó a Zaid, al decirle que se trataba de Daniela, este no dudo ni un segundo en ir. Daniel le pidió a su madre, que los deje a solas y ella lo hizo.

-Pensé que ya te habías ido- dijo Zaid confundido

-Hubo unas complicaciones...- respondió Daniela cabizbaja. 

-¿Cua..cua..les?- preguntó asustado

-estoy embarazada....

Zaid se quedó helado con la noticia, se quedó varios minutos sin decir nada. 

-Es mi culpa, yo te dije que no uses condón, siento haberte metido en esto- mencionó Daniela con un todo de arrepentimiento y a punto de llorar.

-No no no- se acercó a ella y la abrazó- esto lo hicimos los dos, yo pude negarme pero no lo hice así que también es mi culpa. 

Daniela abrazaba fuertemente a Zaid -y ahora ¿Qué haremos?

-hacernos responsables y ser buenos padres-dijo decidido 

Linda se vio reflejada en Daniela, era casi la misma situación, embarazada a una edad muy joven, sin embargo, a diferencia de Linda Daniela no estaría sola, tendría el apoyo de su madre y de Zaid. 

Fueron tiempos complicados, Zaid se ganó una gran pleito con sus padres al momento de decirles, sin embargo estos decidieron apoyarlos. Durante los nueve meses Daniela fue tratada como una reina, Zaid estaba todo el día atento a cualquier necesidad o antojo que la madre de su futuro hijo quisiera, los padres del mismo se encargaban de todos los gastos, dándole la mejor atención medica a su nuera, mientras que Linda, al igual que Zaid, estaba siempre pendiente de su hija, ayudándola en todo. A pesar de no querer estar en esta situación Daniel se sintió querido y apoyado, no llegó a formalizar nada con Zaid, pero con cada detalle que este hacía por ella hizo que se fue enamorando poco poco. Hasta que por fin decidió aceptar y se hizo la novia y futura esposa de Zaid. Le costó mucho adaptarse a su papel de mujer, pero con el pasar del tiempo pudo acostumbrarse. Así mismo, su instinto maternal despertó haciéndola estar emocionada por la llegada de su hijo o hija.  

Llegó el momento del parto y Daniela sufrió como nunca en su vida pujando y gritando, Zaid estaba a su lado para darle animo y fuerzas, hasta que por fin, se escuchó el llanto de un bebé. -Felicidades, es un niño- dijo el doctor, dándole el recién nacido a su madre. Daniela miró a aquel bebé, era muy parecido a él, no podía creer que había pasado de un hombre rudo y fiestero a una mujer que ahora tenía a su hijo en brazos, la emoción la llevó al llanto, a pesar de todo estaba feliz. Al igual que lo hizo Linda, Daniela vio en este niño un motivo para seguir siendo mujer y seguir adelante. El niño se llamó David, pues era la combinación perfecta de los nombres de sus padres.

Los años pasaron, Daniela decidió abrazar su feminidad, no queda rastro de aquel hombre que fue. A pesar de ello sigue manteniendo ciertos gusto masculinos como los videojuegos y películas que siempre ve con su novio. Así mismo decidió estudiar gastronomía pues no quería quedarse únicamente como una ama de casa dependiente de Zaid. Cuando terminó, Zaid y Daniela se casaron y se fueron a vivir juntos con el pequeño David. Linda siempre va a visitar a su nieto y a su hija, siempre le dice que esta orgullosa de la mujer que es hoy y que no se arrepiente de haberlo dado la píldora a aquel día. Daniela tampoco extraña ser un hombre, ama a su esposo y a su hijo y no cambiaria eso por nada. 

Esta noche Daniela ha reunido a toda la familia, se ha matado todo el día cocinando un gran banquete, todo con la intención de informarles que David va ha tener un nuevo hermanito o hermanita. 

Fin. 

Ajoi ajoi mis amigos, sé que me he demorado en publicar, no me encontraba muy bien anímicamente. Así que para recompensarlos de algún modo  les dejo completo la ultima parte de esta historia, con un poco más de contenido de lo usual. Esta historia es una petición de Daniel, la verdad es de las que más me ha costado en escribir, pero creo que quedó bien, espero que a Daniel y a todos ustedes les guste igual. ¿Qué hubieran hecho en lugar de Daniel? me gustaría leer su respuesta en los comentarios. Y como siempre no olviden que si tienen alguna idea o petición los pueden dejar ahí mismo. Sin más, se despide su escritora menos constante, hasta la próxima. 

Valro. 

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