13- Juventud

¿La vida es algo cruel no? Naces, creces, trabajas como un burro, tienes una familia, de la cual no puedes disfrutar porque tienes que trabajar para mantenerla, y cuando por fin tienes tiempo, tiempo para descansar, para gozar de todo lo que has ganado con tu esfuerzo, ves tu cuerpo envejecido, sin las mismas fuerzas, sin las mismas energías, lleno de arrugas y canas. Dejas de escuchar bien, tu vista empieza a fallar, llega un punto en incluso tienes que tener ayuda incluso para cagar. Hasta que de repente solo mueres y se acabó, vaya mierda. 

Tuve una buena vida supongo, no me arrepiento de nada. Aún recuerdo aquel verano de 1952, cuando llegué al pequeño pueblo de Vilca, era un completo desconocido en busca de un trabajo para sobrevivir. Todos me veían como un extraño en cual no se podía confiar. Hasta que la conocí a ella, Rosario, el amor de mi vida. Ella fue la primera en brindarme su confianza, me vio hambriento así que me invitó algo de comida echa por ella misma. Se hizo mi primera amiga, venía todos los días a verme y aprovechábamos a hablar un rato. Era una mujer dulce, risueña, tierna, no parecía haber ningún ápice de maldad en ella.  


Al enterarse que buscaba trabajo, me llevó con su padre, el cual era el jefe de construcción del pueblo y le suplicó que me diera uno. Él aceptó a regañadientes, amenazándome con que me tendría bien vigilado, yo solo podía agradecer a Rosario por hacerme ese favor. Fue difícil adaptarme, pero con el tiempo pude acostumbrarme al trabajo duro, hice amigos como albañil y poco a poco deje de ser un forastero en el pueblo. A pesar de que cada día acababa muerto del cansancio, siempre iba a conversar con Rosario pues era algo que me gustaba y me relajaba. Me había enamorado de aquella mujer, así que lo dije, como el hombre que era le pedí que fuera mi pareja y tiempo después tuve que presentarme ante su padre a pedir su mano. 

Nos casamos, fueron épocas muy felices, heredé el negocio de su padre, convirtiéndome en el nuevo maestro constructor del pueblo. Podría decir que cada casa, negocio o edificio de este pueblo tiene mi marca, y eso me enorgullece. Rosario me dio cinco hijos, tres fuertes varones y dos hermosas niñas, a los cuales amo con todo mi ser. El tiempo pasó y mis hijos crecieron, a los hombres los instruí en mi oficio, con la esperanza de que siguieran mis pasos y los de su abuelo. Mientras que a las niñas, Rosario las educó para que sean unas damas, que supieran atender los labores del hogar y que puedan conseguir un buen marido. Construimos una enorme casa, podría decirse que la más grande de todo el pueblo, con la idea de que todos mis hijos pudieran vivir ahí, incluso cuando yo ya no este. 

Los años no se detenían, mis hijos ya eran hombre y mujeres de bien, incluso me dieron nietos. Pero el tiempo nos perseguía a mí y a Rosario. Yo deje de ser el hombre fuerte y viril, para convertirme en un anciano cuyos dientes solo le permitían comer papilla. Ya no podía seguir en la construcción, me cansaba rápido y las fuerzas ya no me daban, solo iba a supervisar las obras para tener algo con que distraerme. No podía oír bien, tenían que gritarme para que pudiera hacer caso. Mi vista empeoraba con el pasar de los días, no podía leer bien mis periódicos ni ver los partidos con mis hijos. Muchos de los amigos que hice en mi juventud fallecieron por la edad, en ese entonces solo quedábamos Rosario y yo, y no faltaría mucho para que seamos los siguientes. 


Mi bella Rosario sufría de demencia senil, ya no podía salir sola porque se olvidaba donde vivía o a donde iba. Muchas veces no reconocía a sus nietos, ni si quiera a sus hijos y lo peor que tampoco me recordaba a mí. No saben lo mucho que me dolía verla así, ver como lloraba y sufría por olvidar a los seres que más ama, y con miedo, miedo de olvidar y jamás volver a recordar. Tenía que ayudarla, así como ella lo hizo conmigo, se lo debía, pero no sabía cómo. Hasta que cierto día fui donde el Chaman del pueblo, era conocido como un charlatan, casi nadie confiaba en él, pero estaba desesperado. Él solo me dio unas hojas, diciendo que las disuelva en agua y se las de a mi mujer, eso le daría juventud. 


Llegue a mí casa, no le dije a nadie a donde fui, me dirigí a la cocina y tal como dijo el hombre disolví las hojas en un vaso con agua. No sabía si esto funcionaría o si pudiese empeorar la situación, solo me valí de mi fe y me dirigí a mi habitación en donde Rosario tejía. Le ofrecí la bebida, ella confiaba en mí así que se la tomó sin preguntar, pero dejó la mitad de vaso lleno pues dijo que tenía un sabor horrible. En ello vi una oportunidad, el chaman dijo que eso le daría juventud, pensé que si yo también la tomase podría curarme de todos los males que me aquejan. Sin pensarlo más, tomé aquel vaso y consumí todo de un solo sorbo, descubriendo que mi mujer tenía razón, estaba horrible. 

Pensé que los efectos serían inmediatos, pero no sentí ningún cambio en mi cuerpo, le pregunte a Rosario y respondió lo mismo. Decepcionado esperé que el día trascurriera, buscando la más mínima señal de cambio, pero todo seguía igual. Ya era de noche, me alistaba para dormir, mientras pensaba en ir mañana donde aquel chaman y reclamarle por su estafa. Pero estaba muy equivocado, el chaman no mintió, de hecho dijo exactamente lo que pasaría, solo que con un pequeño detalle, ambos rejuvenecimos, pero lo hicimos con el sexo cambiado. 

Aún recuerdo el momento, yo dormía tranquilamente hasta que sentí como me sacudían fuertemente. Al despertar lo primero que vi fue a un hombre el cual asustado decía mi nombre. Confundido pregunté quién era y al hacerlo me di cuenta del cambio en mi voz. Baje mi mirada y lo primero que vi fue un buen par de senos salir de mi pecho, únicamente cubiertos la camiseta manga cero que me puse ayer. Yo lo entendí de inmediato, pero ella o él se notaba muy confundida y asustada. Ella no dejaba de ver su entrepierna o de tocar su pecho ahora plano, mientras que mi manos no salían de mis nuevos senos. 

Mi hija Sará, quién nos despertaba para avisarnos que el desayuno estaba listo, entró a la habitación y en vez de ver a sus padre vio a sus jóvenes usando su ropa. Fue natural que gritara y llamase al resto de mis hijos, quienes estaban a punto de echarnos a patadas de la casa. Tratamos de explicarles quienes éramos, fue difícil convencerlos pero al final no quedaron más dudas. Todos en la familia se preguntaban que pasaba y yo solo me hacía el loco. Optaron por llevarnos al médico del pueblo para que nos revisara, pero yo sabía que eso no funcionaría, así que los convencí que de hacerlo malograríamos la reputación de la familia. 

Tenía que ir donde ese chaman, pero no sabía como hacerlo sin que me vieran. Lo primero que hicieron fue darnos ropa que se adecuara a nuestros nuevos cuerpos. A Rosario le dieron la ropa vieja de mis hijos, que le quedaba bastante bien, ahora era un hombre muy fornido, quizá más de lo que yo fui. Mientras que a mí me dieron la ropa de mi nieta Claudia, yo me negué, me rehusaba a ponerme esas prendas tan diminutas que las jóvenes de esta época usan. Pero al final me la termine poniendo, pues hay niños en la casa y no puedo estar mostrando de más. Siempre regañe a mi nieta por usar esos shorts tan cortos y esas blusas que dejaban ver su cintura, y ahora yo usaba esas prendas. 


A pesar del gran cambio, mi familia tuvo que seguir con el trabajo habitual y los más jóvenes tenían que ir a estudiar. La casa se quedó casi vacía, era mi momento de ir con el chaman y pedir explicaciones. Rosario quiso aprovechar su nueva energía para hacer cosas que hace tiempo dejó, como preparar un rico almuerzo para su familia. Aproveché que estaba en la cocina, con el resto de mujeres de la casa, para poder salir. Ya en la calle, empecé a caminar rápido  aún vistiendo las pequeñas prendas de mi nieta, todos los hombres que pasaban por mi lado dirigían su mirada a mis senos o a mi trasero, incluso me decían piropos o me silbaban. Me sentía humillado, antes todo el mundo me saludaba con respeto y ahora me ven como a alguien a quien cogerse. 

Llegue lo más rápido que pude con el chaman, le expliqué todo muy molesto y le exigí devolvernos a la normalidad. Él respondió que podía, pero que luego de eso no podríamos hacer ningún cambio más, pues nuestros cuerpos no aguantarían tanta "magía negra" dentro. En esos me detuve a pensar, Rosario ya no es la dulce mujer que conocí, pero se ve sana, ya no tendrá el problema de la memoria, mientras que yo, yo había caminar una larga distancia sin cansarme, ni que la cadera me estuviese doliendo. Mi vista es perfecta, mi dentadura igual y a pesar que ahora tengo senos y vagina, soy joven nuevamente. El chaman me exigía una respuesta y yo solo me retiré, pensando en que hacía lo mejor por Rosario y por mí. 

Pasaron semanas en las que Rosario y yo tratábamos de adaptarnos a nuestros cuerpos. Era complicado para nosotros dormir juntos, a mí se me hacía extraño que un hombre duerma a mi lado o me abrace y me bese, y supongo que Rosario sentía lo mismo de tener una mujer al lado. A ella no parecía afectarle tanto el ser un hombre, disfrutaba de su nueva altura y fuerza, no dejaba de presumirlo. Por otro lado yo me sentía pequeño y frágil, cada vez que iba al baño y tenía que sentarme para hacerlo me arrepentía de no haber tomado la hojas nuevamente. 

Un día a mis hijos les faltaba un hombre para llenar un techo, Rosario se ofreció a ayudarlos pues no le costaba nada hacerlo, ellos viéndolo como un hombre grande y fuerte aceptaron sin problemas. Desde ese día Rosario o Kevin, como se hacía llamar frente a los demás, se había unido al equipo de construcción de mis hijos. Yo me quedaba solo en mi habitación leyendo el periódico, no pensaba salir a la calle pues me sentiría más humillado soportando la mirada de todos. Hasta que mi hija me dijo si las podía ayudar en la cocina, como no tenía nada mejor que hacer, acepte. Jamás en mi vida había cocinado, siempre pensé que era un trabajo de mujeres, así que me hijas me estuvieron enseñando cada cosa. 


Fue pesado, mis pequeñas manos me dolían de tanto pelar y picar, jamás pensé que cocinar sería tan pesado. Una vez terminamos mis hijas tenían que llevarles la comida a mis hijos y a los hombres de la construcción, pues era parte del negocio, ellas me invitaron a acompañarlas, pero yo solo me negué, me rehusaba a salir a la calle en este cuerpo nuevamente. Me quedé sentado en el sofá, leyendo el periódico nuevamente pero de repente empecé a sentir un dolor terrible en el vientre, uno similar a cuando recibía un golpe en los testículos, baje mi mirada y vi como mi entrepierna sangraba. Grité del miedo y mi nieta Claudia bajo a ver que pasaba, al verme solo se río diciendo que solo me había llegado mi periodo. Ella me dio una de sus toallas y me indicó como ponérmela, así mismo, me dio varios consejos para que estos días se hagan más llevaderos. 

Fue humillante que mi propia nieta me hablará de estas cosas, pero al menos me había ayudado a controlarlo. Ella me preguntó como me sentía con todo este cambio, y yo aproveché en desahogarme con ella, incluso termine llorando como toda una niña. Claudia me consoló y me dijo que ella estaría ahí para ayudar a adaptarme. Desde entonces no se despeja de mi lado, siempre estaba dándome consejos de como cuidar mi cuerpo, qué comer a veces me usa como su muñeca para probar peinado, ropa o maquillaje, incluso me cuenta sus cosas como si yo fuese su mejor amiga y no su abuelo, y yo aprovechaba para aconsejarle con toda mi experiencia. Siempre se tomaba fotos conmigo, y las publicabas en redes diciendo que era su prima, me puso un nombre falso el cual era Ximena, yo solo aceptaba por que la veía feliz. 

Me decía que muchos de sus amigos preguntaban por mí, diciendo que estaba linda y que querían conocerme, yo solo me avergonzaba y sonrojaba. Fue gracias a ella que me acostumbre a usar ropa femenina y empezó a gustarme de tanto probármela. Fue gracias a ella que empecé a salir a la calle como mujer y a comportarme como una. Era divertido ser una señorita, caminar y sentirme bonita, gracias ella empecé a aceptar ser una mujer. Ella decía que era irónico que antes le llamase la atención por usar prendas tan reveladoras y que ahora yo mismo las use. Pasamos de ser abuelo y nieta a mejores amigas, solo que me avergonzaba admitirlo frente a mi familia. Por lo que solo era Ximena cuando estabas solas o fuera de casa. 

Han cambiado tantas cosas desde que soy una chica que solo contaré algunas. Como dije jamás me llamarón la atención los celulares o las cosas electrónicas. Pero Claudia me enseñó a usar su celular mostrándome todo lo que podía con él. Me gustó tanto que con lo ahorros que tenía guardados me compré uno y no dejaba de tomarme fotos con él o grabar de esos tik toks junto con Cluadia, como cualquier señorita de mi edad. 


Un día Claudia me dijo para ir a la playa con sus amigas, yo me negué, ya podía usar faldas y shorts pero usar un bikini en frente de mucha gente era aún vergonzoso para mí. Pero ella insistió tanto que acepté solo para que parece. Estaba nerviosa, íbamos todas las chicas en el buz, yo llevaba el bikini naranja que Claudia me dio debajo de la ropa. Pero ese nerviosismo se esfumó pues todas las chicas me hicieron sentir en confianza. Ese día me divertí mucho, nos bronceamos, nos bañamos en el mar y claro que nos tomamos muchas fotitos. 


Como no estudiaba ni trabajaba, tuve que ayudar a la familia cocinando, se me hacía bastante pesado al inicio pero con el tiempo pude acostumbrarme volviéndome toda una experta. Mis hijas siempre me decían que no podían creer que su padre ahora sea una señorita con tan buena sazón, yo solo me reía sonrojada. Incluso ya iba a dejar la comida a los albañiles, siempre había uno que otro faltoso el cual me piropeaba o quería tocar, pero mis hijos me defendían cosa que me hacía sentir segura. 


También empecé a ir a fiesta con Claudia, cada vez que ella pedía permiso a sus padres decía que iría yo para cuidarla y que sea responsable, pero ni bien llegábamos ambas nos emborrachábamos y bailábamos toda la noche. Las primeras veces no sabía moverme, pero de tanto tratar de imitar los movimientos de ella aprendí a mover mis caderas. Eso sí siempre bailaba junto con mi grupo de amigas y cuando hombre me decía para hacerlo lo rechazaba. Esta foto me la tomo Claudia desprevenida, odio cuando hace eso.

En resumen Claudia y yo nos volvimos súper unidas, pasamos de nieta y abuelo a mejores amiga o a hermanas. Ella decía que me  envidiaba y que quería tener mi cuerpo, yo solo respondía que ella es hermosa como es. Aquí hay una de mis fotos favoritas con ella. 


Pero a diferencia de Claudia mi relación con Rosario se hizo más distante, a veces paraba todo el día en la construcción y venía solo a dormir. Incluso a veces ni dormíamos juntos porque me iba a hacer pijamadas con Claudia o íbamos a fiestas.  Hablábamos muy poco y eso me ponía muy triste, pues a pesar de que soy feliz siendo una mujer aún la sigo amando. Se lo conté a Claudia y le dije que temía que ya no le gustara con este cuerpo, a lo que ella me aconsejó que lo mejor sería ser directa con ella o él. 

Así que así fue, un día le dije para hablar y ella o él aceptó, le conté todo lo que aprendí y le dije lo mucho que disfrutaba ser una mujer ahora. Él me dijo que también disfruta mucho de ser un hombre, pero que extrañaba pasar tiempo conmigo, pensó en alejarse pues creía que me sentiría incomoda con ella como hombre. Era lo mismo que se sentía, ambos nos distanciamos por no comunicarnos, le dije que para nada, es más, le dije que me volvían loca sus músculos pero me avergonzaba admitirlo. Él solo se río y me dijo que a él le volvía loco mi trasero. Sin pensarlo yo lo bese, una cosa llevó a la otra y ese día perdí mi virginidad como mujer. 

Fue extraño decirlo pero les contamos a nuestra familia, les pedimos que ya no se refirieran a nosotros como Kevin y Ximena nuestros nuevos nombres, desde entonces somos una pareja joven feliz, que disfruta de salir nuevamente al parque agarrados de la mano y que trata de hacer el amor todos los días. Cada vez que él está en su trabajo aprovecho para mandarle una que otro fotito atrevida para poder motivarlo. 

Y eso es todo, en estos momentos acabo de terminar una deliciosas empanadas para llevárselas a los chicos en el trabajo. Luego de eso pienso ir con Claudia ir al centro, pues hemos visto unos vestidos de noche divinos. Y en la noche tengo listo un bonito conjunto de lencería para modelarle a mi novio y para después hacer el amor como animales. Sé que el tiempo no se detiene y con los años seremos nuevamente unos viejitos, pero hasta entonces haré todo lo posible para disfrutar de mi juventud. 


Fin. 

Hola, hola mis lectores, espero que hayan disfrutado de la historia #13. Logré darme un poquito de tiempo para poder escribir jeje. Agradecer a Jacg, una seguidora muy querida, pues dio la idea para esta historia, espero que en especial le haya gustado a ella. 

Así mismo, por fin aprendí a poner etiquetas a las historias jeje. Me hicieron esa sugerencia y pues ahora las historias estarán algo más ordenas por categorías. Aún me faltan aprender muchas cosas para mejorar el blog, pero confió en que poco a poco iré aprendiendo. Y como siempre, no olviden que si tienen alguna petición o idea pueden dejarla en los comentarios y yo con gusto la haré. Sin más que decir se despide su chamana favorita, hasta una próxima historia. 


-Valro

Comentarios

  1. Me gustó mucho la idea, también me alegra que con las etiquetas tengas un mejor acceso a la historia y por último tengo una idea para una historia, la había pensado y se me ocurrió que sería genial verla a tu manera, es la siguiente un chico acosa a la mujer equivocada solo porque se viste con ropa muy corta y ajustada entonces ella cansada de eso le lanza una maldición en la que se transforma en una mujer y no importa que ropa se ponga toda siempre se transforma en prendas muy provocativas y reveladoras, asiendo que el sufra el mismo acoso que ella, pero mucho peor porque no pude decirle que no a un hombre, no sé que te parezca pero si te gustaría intentarla puedes usar mi nombre para el o la protagonista, de igual forma muchas gracias por esta genial historia ❤️

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    1. Muchas gracias Jess <3. !ES UNA IDEA BRUTAL¡ claro que me encantaría escribilla y por su puesto que el protagonista tendrá tu nombre.

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    2. Gracias la espero con ansias como siempre, me encantan tus historias ❤️

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  2. Me gustan mucho tus historias, vas muy bien sigue así, hay pocos que le ponen tanto entusiasmo a sus historias

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    1. Awn muchas gracias, prometo traer historias cada vez mejores.

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    2. Sigue haciendo más historias. ..
      Me gustaría que hagas de Dos amigos que por error uno se convierte en mujer y termina enamorado del padre de su amigo

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  3. Vale la pena esperar cada una de tus historias :)

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    1. jjeje gracias, trataré de no hacerlos esperar mucho

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  4. ay como la ame <3 me encanto¡¡ estoy contenta :3 gracias¡¡ .. Kevin y Ximena ya son mis favoritos :3 ame como cambiaron toda su rutina e intercambiaron sus roles incluso dentro de su familia :3 la relacion q formo con su nieta fue hermosa :3 muchisimas gracias Val :3

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    1. Me alegra que te haya gustado :,3, recuerda que fue tu idea yo solo le di un poco de mi toque.

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    2. Sin duda tienes el mejor toque del mundo 😊❤❤ muchísimas gracias de nuevo :') eres la mejor

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