30- El frasco equivocado

EL FRASCO EQUIVOCADO

Yo siempre estuve acomplejada con mi cuerpo. A mis 17 años, el resto de mis amigas y demás compañeras de la secundaria ya tenían un buen busto, unas piernas tonificadas y unos glúteos sobresalientes, mientras que yo permanecía plana y sin gracia. Los chicos que me gustaban no me hacían caso pues obviamente preferían a las curvilíneas de mis amigas, dejándome a mí como la ignorada del grupo. 


Casada de ello decidí investigar como mejorar mi figura. Busqué recetas milagrosas, hice sentadillas todos los días, hasta probé esos audios subliminales, pero nada funcionaba, la genética al parecer no estaba de lado. Pero, justo cuando pensé en rendirme, encontré en un anuncio de internet mi solución. Unas pastillas cargadas con diferentes hormonas, las cuales tenían la finalidad de formar el cuerpo femenino perfecto. En el anunció se mostraba el antes y después de las chicas que se lo tomaban y los resultados eran increíbles, pasaban de ser chicas tan o igual de planas que yo a mujeres salidas de una revista de play boy. 

Sin pensarlo mucho cogí todos mis ahorros y me compré un frasco con esas milagrosas pastillas, que la verdad eran bastantes caras. Pensaba en ocultarlas en mi habitación, pero, para mi mala suerte, llegaron justo cuando mi padre estaba en casa. Obviamente él preguntó qué había en aquel frasco y yo tuve que mentir diciendo que eran pastillas para mis cólicos menstruales. Debido a la mentira tuve que poner el frasco junto con el resto de medicamentos de la casa, entre ellos, la pastilla para la calvicie de papá, la pastillas para el resfriado, etc. Además de quitar la etiqueta del frasco para que mi papá no se diera cuenta de lo que realmente eran. 


Entonces, discretamente, empecé a tomar las pastillas diario, pues en la descripción de la página decía que debía consumir una dosis diaria por un mes y esperar los resultados. Estaba realmente emocionada por tener un cuerpo bonito, al fin podría usar todas esas prendas escotadas y ceñidas que usaban mis amigas y ser el centro de atención de los chicos. 

Sin embargo, pasaron tres semanas y mi cuerpo no mostraba ningún cambio, mis senos seguían sin llenar mi sostén copa A y mis pantalones subían sin dificultad, me sentía estafada. Pero quien sí tuvo cambios notorios en todo ese tiempo fue mi padre. En primera se hizo mucho más delgado, su sobresaliente pansa desapareció durante la primera semana y sus brazos junto a sus piernas adelgazaron mucho para la segunda. Luego su cabello creció sobrenaturalmente, pasó de tener una cabeza casi calva a toda una melena sedosa que caía hasta sus hombros. Todo su vello corporal se fue cayendo con el pasar de los días, a los dos semanas ya tenía el cuerpo tan lampiño como el mío. 

Mi padre al inicio se mostraba feliz, pues era nuevamente delgado y, aparentemente, sus pastillas para la calvicie al fin daban resultado. Sin embargo cuando cabello comenzó a crecer más de la cuenta y sus brazos empezaron a parecer fideos se empezó a preocupar. No podíamos ir con un doctor, pues mi padre no contaba con un seguro y estábamos algo escasos de dinero como para pagar una clínica. Quiso remediar aquello por su cuenta, comiendo mucho más, haciendo mucho ejercicio y cortándose su largo cabello. Sin embargo, por más esfuerzo que hiciese para ser más masculino su cuerpo seguía feminizándose con el pasar de los días. Hasta que un día me levantó con sus gritos, y, cuando fui a su habitación para ver qué pasaba, vi con sorpresa como ahora mi padre tenía dos senos pegados a su pecho, senos, irónicamente, más grandes que los míos.


Ya era muy tarde cuando me di cuenta que ambos habíamos estado tomado por tres semanas las pastillas equivocadas. Los dos frascos eran tan similares tanto en color como en forma y tamaño que yo sin querer tomaba las píldoras para calvicie de mi padre y él tomaba las que yo compré en internet.  Cuando lo vi tan desesperado al no encontrar explicación del porqué ahora tenía senos, no tuve otra opción que decirle la verdad. Obviamente me cayó la resondrada de mi vida, y la verdad me la merecía, por mi culpa mi papá era una rara mezcla entre un hombre de 40 años y una mujer. 

Le propuse a mi padre ir a la fabrica donde se producían pastillas, pues quizás podríamos encontrar una manera de revertir los efectos de estas en él. Sin muchas más opciones partimos hacía la fabrica, en donde de inmediato mandaron a un doctor a revisar a mi papá. Lamentablemente, para ese punto, los efectos no podían revertirse. Mi padre había tomado las pastillas dos veces al días, provocando que el proceso de feminización no solo acelere sino que también se intensifique. Por lo que ahora su cuerpo tenía mucho más estrógenos que testosterona e incluso su organismo ahora segrega la primera hormona. -Ya a estás alturas, me temo que mucho más factible que usted terminé su transición al sexo femenino, para que así pueda volver a tener una vida "normal"-. dijo el doctor dejándonos solos. 

Mi padre, con el orgullo roto, prefirió seguir la recomendación del doctor que vivir como un monstro andrógino. La empresa farmacéutica, con tal de mantener todo esto en oculto y evitar que su nombre se manche, pagaron todo el tratamiento. Mi padre tuvo que seguir tomando aquella píldoras que iniciaron todo esto por un buen tiempo más. Obviamente también tuvo que renunciar a su trabajo, pero aquello no fue un problema pues la empresa nos daría una manutención temporal. En todo ese tiempo vi como mi papá se transformaba en supongo ¿mi nueva mamá?. Sus senos siguieron creciendo, al igual que sus glúteos. Por el contrario su cintura se encogía, al igual que el ancho de sus hombros. Su piel cada vez era más suave y tersa, sin necesidad de usar ninguna crema. Incluso su voz gruesa fue agudizándose, hasta ser completamente femenina. Así mi padre empezaba a adquirir esa figura de supermodelo que yo ansiaba tener.  


Ya tras cuatro meses de seguir el tratamiento, ya no era para nada aquel hombre grande y rudo que solía ser, ahora lucía como toda una mujer. Cuando caminábamos por la calle con dirección al consultorio nos confundían con hermanas y obviamente todos los piropos, silbidos y miradas iban dirigidos hacía mi padre y su espectacular figura. Sin embargo por más que luciese y sonara como toda una mujer, aún había algo entre sus piernas que lo delataba como hombre. El doctor que controlaba su transición, le propuso hacer una operación de reasignación de sexo, es decir, transformar su pene en una vagina quirúrgicamente, la empresa nuevamente pagaría por todo. Mi padre se tomó unos días para pensarlo, pero terminó accediendo,  pues según sus palabras tener su miembro aún entre sus piernas no hacía más que recordarle todo lo que fue y eso lo hacía sentir mal. Así, tras una operación exitosa, mi padre oficialmente se convirtió en una mujer por completo. 

Lo último en lo que nos ayudó la empresa fue en conseguir nuevos documentos de identidad para mi padre, incluso modificaron los míos para que ahora él figure como mi madre. Además nos dierón una gran suma de dinero en compensación a cambio de que nosotros no contáramos nada de lo que pasó. Para evitar tener que inventar alguna excusa a nuestros conocidos, decidimos mudarnos, vendimos nuestra vieja y pequeña casa y compramos una mucho más grande y bonita gracias al dinero de que nos dio la empresa. El dinero sobrante lo utilizamos en la matricula de mi nueva escuela y en renovar todo el guardarropa de papá. 

Desde que no mudamos, cada que venía de la escuela tenía que enseñarle a mi papá a ser una mujer, para que no pase vergüenzas cuando empiece a reincorporarse a la sociedad. Irónicamente ahora yo parecía la adulta la cual le enseñaba a su hija colocarse un sostén, a maquillarse, a sentarse correctamente cuando llevaba falda entre otras cosas. Claro que mi papá puso algo de resistencia al inicio, hizo toda una pataleta cuando le dije que se pusiera un vestido, pero a las finales terminaba cediendo. Nunca me había dado cuenta pero jamás había pasado tanto tiempo con papá cuando era hombre. Éramos algo distantes y cada quien paraba metido en sus cosas. Sin embargo ahora nos pasábamos horas y horas conversando, yo me sentía en la confianza de contarle mis dramas y él se había vuelto mucho mejor oyente y consejero, además de volverse también bastante sensible y cariñoso. 

Ya habían pasado ocho meses desde que pedí aquellas píldoras por internet y el dinero que nos sobraba de la empresa había empezado a agotarse. Yo me propuse para conseguir un empleo, pues sabía que mi padre aun tenía algo de vergüenza de salir al mundo como una mujer. Sin embargo, él o ella me dijo que me concentrara en estudiar, que era momento de que él retome sus responsabilidades. Así que un día aplicó todo lo que le enseñé, se maquilló, arregló su cabello y sorprendentemente se puso un vestido junto con unos tacones y salió a buscar trabajo. 

Sorprendentemente encontró rápidamente un trabajo como secretaria, uno con muy buen sueldo, aunque me imagino las razones por las que lo hayan contratado tan fácilmente. Mi padre odiaba ser una secretaria. Siempre venía renegando, si no era por la corta falda que tenía que usar, era por los tacones o por sus compañeros que no dejaban de invitarlo a salir o a comer, etc. 


Pero sin duda a quien más detestaba era a su jefe, siempre me hablaba de él, quejándose de que era un creído, soberbio, y diciendo que si fuera un hombre lo habría puesto en su lugar hace tiempo. Hablaba tanto de él que yo empecé fastidiarlo diciendo que del odio al amor hay un solo paso, provocando que empiece a ser un berrinche. 

Sin embargo, parece que con los meses fue adaptándose a su empleo. Ya no venía renegando, por el contrario, venía muy feliz e incluso parecía que alguien lo traía a casa. Veía como se pasaba horas y horas hablando por teléfono con una persona misteriosa, como le ponía más esmero en arreglarse para ir a trabajar y, sorprendentemente, como vestía esos cortos y ceñidos vestidos de fiesta para salir de noche a "supuestas reuniones de trabajo". Era evidente que mi padre salía con alguien, imaginaba y esperaba que con una mujer, pues es extraño saber que tu padre, tu figura masculina por excelencia, tenga algo con otro hombre. Pero, cierto día llegó a la casa un ramo de flores, claro que no era para mí, si no para mi padre de parte de un tal Richard. Mi padre o mi madre ya se vio acorralado y me confesó que desde hace un tiempo estaba saliendo con su jefe, el mismo del que antes se quejaba. 

La noticia me cayó como un balde de agua fría.  Siempre quise que mi padre rehiciera su vida luego de que mamá falleciera, pero nunca se me pasó por la cabeza que terminara siendo con un hombre. La verdad no me lo tomé muy bien y me fui molesta a mi cuarto sin responderle nada. Ella me dejo unas horas a solas y luego entró a mi habitación para hablar conmigo. Me dijo que lo sentía y que si me incomodaba ella dejaría de salir con él. Entonces me di cuenta de que estaba siendo egoísta, a pesar de ser mi culpa que mi padre sea una mujer, le estaba impidiendo ser feliz. Así que me disculpé y le dije que me trataría de acostumbrar así como él se tuvo que acostumbrar a ser una mujer. 

Mi papá o mamá fue trayendo a Richard poco a poco a la casa y realmente parecía un buen tipo, era bien parecido, la engreía bastante y se notaba que la quería. Mi padre se comportaba como toda un chiquilla enamorada cada que salía con él, pasándose horas frente al espejo, preguntándome si el atuendo x o y se veía bien o era muy revelador, sin duda ya se comportaba como cualquier mujer. Así finalmente, terminaron formalizando su relación, quien lo diría, mi papá se convirtió en la novia de un importante empresario.


Pasó un año desde que pedí esas píldoras, nos mudamos a la gran mansión de Richard o debo decir mi nuevo papi, el cual nos engríe y trata como princesas. Mi segunda mamá ya es toda una mujer, dejó el trabajo de secretaria pues consiguió uno como modelo, obviamente gracias al magnifico cuerpo que tenía. Además de que en unos meses se casará con Richard, está muy emocionada por ver los vestidos de novia. Mientras que yo, gracias a las propinas de mi nuevo papi, pude comprarme un nuevo frasco de pastillas esta vez para mí. Nuevamente tuve mala suerte y mi madre me descubrió, pero en lugar de regañarme dijo que tenga cuidado, pues no quería que Richard las tome. Así las guardé en mi cuarto y tomé una al día, obteniendo con las semanas un cuerpo igual de sexy que el de mi madre. Mi vida ha cambiado radicalmente, tengo un padre y una madre nuevos, por decirlo de algún modo, soy la más popular en mi nueva escuela y vivo una vida de lujo, todo gracias a tomar el frasco equivocado. 

FIN. 

Eo eo, mis pequeños pervertidos, aquí Valro, su farmaceutica favorita, con una historia un poca más corta de lo usual. La misma está inspirada en algo que le pasó a su servidora, pues pase toda una semana tomándome las pastillas de mi papá en lugar de las mías, todo porque no leí el empaque, pero descuiden no me creció nada raro. 

En fin, no hay mucho que decir en esta ocasión, espero que les haya gustado, sería se mucha ayuda que lo expresen en los comentarios, para saber si prefieren historias no tan densas como esta. Sin más que decir, yo soy Valro, su figurita png favorita, y nos vemos en otra historia. 

ValRO.



Comentarios

  1. La verdad me encantan todas tus historias, gracias por seguir escribiendo.

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  2. Me gustó mucho :3 ❤ escribes tan bonito :3 que bonita forma de acabar todo :3 y q buen tratamiento

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  3. Wowww, que historia , me encanta que de ideas cotidianas se puedan sacar historias. De lo aburrido de la vida a una fantasía. Por cierto para mi el largo de tus historias no me afectan , creo que unas 3000 -5000 palabras por publicación son lo óptimo. Pero eso es solo mi opinión. Esperaré con gusto tu nueva historia Val , sigue escribiendo !

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    1. Muchas gracias, comentarios así me motivan a seguir escribiendo. Tomaré en cuenta el intervalo de palabras, muchas gracias.

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  4. Una historia muy bonita, sigue escribiendo más, por favor.....

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    1. Gracias, el 30 habrá una historia muy especial ;)

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    2. Que emoción ValRo..... Apenas fue mi cumpleaños.. creo que ese mi regalo más especial... Leer tus historias....
      Esperamos más historias ...
      Un fuerte abrazo

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  5. por favor Valro publica la 3 parte que quedo pendiente del especial de navidad :(

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