31- La cita
LA CITA
Era una tarde del viernes en Arkalá, un pueblito ubicado en algún rincón del ancho mundo. Pero ese viernes no era como cualquier otro, pues se celebraba la fundación del pueblo, una de las fechas más esperadas por sus habitantes. Y es que el aniversario de Arkalá se celebraba a lo grande, todos los arcalenses se reunían en el centro del pueblo para realizar un gran festival. Se instalaban juegos inflables para los más pequeños, se centraban bandas y a cantantes reconocidos, había cantidades de puestos y juegos mecánicos para divertirse y gastar, además de mucha comida deliciosa y litros de litros de alcohol.
Seis de la tarde, el sol empezaba a esconderse y las luces de los postes empezaban a iluminar las calles. La mayoría de arcalenses empezaban a dirigirse al gran festival, sin embargo, había uno que corría a toda prisa en dirección contraria. Jeysson era su nombre. El muchacho de 19 años recién cumplidos, abrió rápidamente las puertas de su casa, saludó por encima a su madre, para luego subir de inmediato a su cuarto, sin ni siquiera haber almorzado. Una vez en su recamara, cerró la puerta con un pie, mientras que con la mano izquierda empezaba a quitarse la ropa sudada del instituto y con la derecha cogía su celular, esperando a que Valentín, su amigo de toda la vida, contestara.
-¡Jeysson! Esta va a ser la noche, mi hermanoooo. Mi primo Saul compró un montón de cohetones para reventar a media noche y...- respondió Valentín emocionado del otro lado del teléfono, antes de ser cortado por Jeysson.
-Respecto a eso ... lo siento, cabezón, pero esta vez no voy a poder ir contigo- dijo Jeysson con algo de pena.
-¿Cómo que no? Lo tenemos planeado desde hace semanas, ahhh ya sé de seguro se te volvió a soltar el estómago, no te preocupes te daré un poco de....
-NO ES ESO- interrumpió nuevamente - no podré ir porque ... tengo una cita- exclamó con cierto orgullo mientras se quitaba las zapatillas.
Valentín río por un buen rato -¿Tú una cita? ¿Con quién? ¿Con tu mamá?-.
-Ríete todo lo que quieras, hablo enserio- contestó el muchacho indignado, ya únicamente cubierto por sus bóxers.
-Ya ya ya, digamos que creo que una chica aceptó salir con una bestia como tú, ¿Quién es la valiente?- continuó Valentín en tono jocoso.
-Con Micaela- respondió Jeysson, nuevamente regodeándose.
Valentín volvió a reír, como si Jeysson hubiese contando el mejor chiste del mundo -Sí sí y mi novia es Scarlet Johansson, mira bro, tú eres mi amigo, casi hermano, y todo eso, pero ya tienes que aceptar que esa chica está muy fuera de tu liga.
-Hablo enserio, cabezón, hoy en la noche mis labios tocaran los suyos, y no hablo precisamente de sus labios de arriba- se jactaba Jeysson mientras, ya desnudo, entraba al baño de su cuarto.
-Ver para creer, ¿te parece si hacemos un apuesta? si me muestras una foto de ustedes dos juntos te juro que me retracto de todo lo que dije y hago lo que quieras.
-Me harás todas la tareas durante todo el año.- pronunció Jeysson bastante confiado.
-No creo que digas la verdad así que acepto, pero, si no me muestras la foto, tendrás que usar la ropa de mi hermana y salir a la calle con ella.
-Tenemos un trato- respondió Jeysson muy seguro de su victoria y colgó, dejando el celular encima de un pequeño estante, para luego bañarse rápidamente. Mientras se jabonaba exhaustivamente cada parte del cuerpo, pensaba en que su amigo tenía algo de razón, comúnmente una chica como Micaela no saldría con alguien como él.
Micaela Swann, una hermosa chica de 20 años proveniente de Inglaterra, de hermosa cabellera rubia, enormes e hipnotizantes ojos azules y de una figura propia de una supermodelo. Hace un año que, en compañía de sus padres, había llegado a Arkalá. Su belleza innegable sumado a su atractivo de ser extranjera, la hicieron rápidamente muy popular y cotizada en el único instituto del pueblo, mezclándose rápidamente entre la, denominada por la fauna estudiantil, "clase popular", compuesta por los chicos ricos, los atletas y las porristas.
Por otro lado, Jeysson era un don nadie, por decirlo de algún modo, había pasado toda su vida en Arkalá, pero jamás había destacado en nada. No era nada atlético, no tenía la familia más adinerada, ni el rostro más agraciado, no sobresalía académicamente ni socialmente, era simplemente Jeysson. Múltiples veces intentó adentrarse entre los populares, tratando de hacerse amigo de algún miembro del equipo del futbol o tratando de conquistar a una porrista, pero todo terminó en fracaso, convirtiéndose en la burla de los mismos. Su único amigo sincero era Valentín, otro bicho raro que al menos destacaba en sus calificaciones.
Por ello resultaba extraño, que, aquella tarde de otoño, la hermosa veinteañera haya aceptado salir con él. Todo inició al tocar el timbre de salida en el instituto, todos los estudiantes se retiraban apurados pues querían ir al festival, menos Jeysson quien esperaba en su pupitre a que Jerry regrese del baño para irse juntos con siempre. Sin embargo, mientras esperaba, notó en uno de los asientos ya vacíos que alguien se había olvidado una billetera. El joven muchacho rápidamente la tomó con intención de quedarse con el dinero que llevaba dentro, hasta que se dio cuenta de quien era, le pertenecía a Micaela.
Devolverle la billetera era la excusa perfecta para poder acercarse a la chica más bonita y sexy de todo el instituto, quien sabe, podría llegar a ser su amigo y poco a poco adentrarse dentro de los populares, esa era una oportunidad que Jeysson no iba a rechazar. "Lo siento, amigo, pero el deber es el deber" dijo dentro de sí mientras tomaba la billetera y corría en busca de su propietaria. La chica ya estaba de camino a casa, afortunadamente Jeysson logró divisarla a lo lejos y, para más suerte suya, estaba completamente sola. El muchacho emprendió la carrera de su vida para alcanzarla, llegando sin aire a su lado. Micaela se asustó al ver a Jeysson hiperventilándose y, ofreciéndole un poco de agua que tenía en su mochila, dijo con dulce voz -¿Estás bien?-.
Jeysson tardó unos minutos en recuperarse, realmente necesitaba hacer un poco más de deporte - te olvidaste tu billetera.... ten ..- dijo el muchacho entregándosela.
La muchacha la recibió y la guardó en su mochila, para después abrazar a nuestro cansado amigo -gracias, gracias, ahí tenía todos mis documentos, estaría realmente en problemas si no fuera por ti... ammm... ¿Cómo es que te llamas?-
-Jeysson, me llamo, Jeysson- respondió el joven, algo triste de enterarse que Micaela ni siquiera sabía su nombre.
-Pues, gracias, Jeysson, te debo mil favores- dijo la chica con una tierna sonrisa.
-¿Qué tal si cobro uno acompañándote a casa?- respondió Jeysson de inmediato.
La chica soltó una leve risa y empezó a andar -Pues no es mala idea-.
Durante el camino ambos conversaban, Jeysson conocía un poco más de Micaela, descubriendo que no era la típica chica hueca y soberbia que él se imaginaba, por el contrario, tenía una actitud amable y risueña e incluso se reía de los malos chistes que él contaba. Una vez llegaron a la morada de la chica, nuestro joven amigo, sabiendo que esta podía ser otra oportunidad irrepetible, se armó de valor y, con las manos llenas de sudor, le preguntó a la chica si quería ir con él al festival. Jeysson esperaba una negativa, sabía que había abusado ya mucho de su suerte y estaba listo para pedir disculpas y decir que era una mala broma, sin embargo, para su sorpresa, Micaela respondió -Sí, claro, si quieres puedes pasar por mí a las 8-.
Jeysson aceptó al instante, y, una vez se despidieron, no pudo más de la emoción y fue corriendo a su casa a arreglarse, pues no faltaba mucho para la hora acordada y no pensaba en dejar esperando ni un solo segundo a su cita. Se bañó, se afeitó la poca barba que tenía y se depiló su zona intima por si las moscas. Luego, se puso los mejores boxers que tenía, un pantalón jean casi nuevo reservado para situaciones especiales y una camiseta acompañada su camisa favorita para hacer juego. Se echó gel en el cabello, gastó casi todo el perfume que tenía y se metió tres mentas a la boca. Ya arreglado, fue a pedirle algo de dinero a su madre, bajo la excusa de ir a los juegos con Jerry, y esta se lo dio sin problema. Jeysson estaba listo para su primera cita con una chica.
Salió de su casa con rumbo a la morada de la bella Micaela. En el camino pensó en que sería un bonito gesto llevarle unas flores, así que compró un ramo barato en la florería más cercana. Caminaba con toda seguridad por las calmadas y casi desiertas calles de Arkalá d esa noche, se sentía todo un conquistador pues estaba a punto de salir con la chica más bonita de todo el pueblo. Sin embargo, toda esa confianza y seguridad se esfumaron cuando estuvo frente a la morada de su cita. ¿Qué iba a decir? ¿A dónde la iba a llevar? ¿Se aburriría de él? ¿Era alérgica a las flores? Había tantas cosas que no había pensado por la emoción, tantas cosas que podían acabar en desastre. Empezó a sudar, pensó en regresar a su casa y excusarse con que estaba enfermo, sin embargo, sabía que no podía hacerlo, otra cita con Micaela sería imposible, además que ya había apostado con Valentín. No había vuelta atrás, tenía que tocar el timbre de esa casa.
Jeysson tragó saliva y, con la espalda recta, los hombros firmes y barbilla en alto, tocó el botón al lado de la puerta. Pasaron un par de minutos y nadie respondía, así que presionó el timbre un par de veces más, pero, nuevamente, no hubo respuesta. Vio bien la casa, las luces estaban apagadas, parecía no haber nadie, quizá se había confundido, pero revisando bien era exactamente la misma vivienda en dónde había dejado a Micaela hace unas horas. Por una parte se sintió aliviado, si no había cita nada podía salir mal, pero por otra decepcionado, todo había sido muy bueno para ser verdad. Así que, se dio media vuelta con intención de regresar por donde vino. Sin embargo, cuando estuvo a punto de llegar a la acera, escuchó el sonido de la puerta abrirse. Jeysson volteó rápidamente y quedó boquiabierto al ver a Micaela más hermosa que nunca.
-Perdón, no pensé demorar tanto en arreglarme- dijo la chica en un tierno tono de arrepentimiento. Micaela llevaba los labios pintados de un rojo intenso, con ligeras sombras que contorneaban sus bellos ojos azules. Vestía una blusa negra de manga larga, la cual, si bien cubría por completo su pecho, dejaba al descubierto parte de su fina cintura. Luego le seguía una falda color beige de tiro alto, dando paso a unas largas y finas piernas cubiertas por medias oscuras y desembocadas en unas botas del mismo color, con un taco que no hacía más que incrementar la ya de por sí buena talla de la mujer. Jeysson quedó embobado al verla, no sabía que decir ni que hacer.
Micaela dándose cuenta de la parálisis de su cita río levemente, para luego acercársele y tomar las flores que él llevaba en su mano -awww bonitas flores, ¿para quién son- dijo oliéndolas.
Al oír su voz Jeysson salió del trance y contestó nerviosamente. -son.. son ...son ..pa...ra..ti, un ramo para otro ramo, mierda, digo digo, flores para otra flor-.
Micaela volvió a reírse de la torpeza del muchacho, para después acercarse a él y darle un beso en la mejilla. -gracias, fue un lindo gesto-.
La mente de Jeysson voló hacía el espacio cuando sintió los labios de la chica tocar su mejilla. "SI CARAJO, la estrategia de las flores funcionó a la perfección" celebraba dentro de sí. -Iré a ponerlas en agua y recoger mi bolso, espérame aquí- dijo Micaela, entrando nuevamente a su casa.
Jeysson esperó nuevamente mirando al cielo estrellado y a la luna llena, una hermosa noche para una cita. Pasados unos minutos, el chico se percató que Micaela había dejado la puerta de su casa junta. Sus luces seguían apagadas, él no entendía por qué, quizá una rara costumbre inglesa. Motivado por la curiosidad, se acercó a la entrada con la intención de ver que había dentro y, justo cuando esta por empujarla levemente para dar una ojeada, la puerta fue rápidamente abierta por Micaela, quién muy seriamente, casi enojada, dijo -¿Qué haces?-.
-Nada .... nada... estabas demorando y pensé que te había pasado algo....- respondió el muchacho nervioso ante el brusco cambió de actitud de la chica.
Micaela empujó levemente a Jeysson de la entrada y rápidamente cerro la puerta con llave. -Lo siento, mis padres no están en casa y no puedo meter chicos sin su permiso- dijo volviendo a su tono dulce.
-Oh descuida, es mi culpa por andar de fisgón, no quiero meterte en problemas tampoco- dijo el chico aliviado al ver que todo volvía a ponerse en orden. -En..toncess... vamos al festival, te va a encantar, oí que trajeron un elefante, nunca antes había visto uno ... -comentaba Jeysson emocionado.
-Yo tengo una mejor idea, un lugar mucho más intimo- dijo la chica en tono suave, un tono demasiado sugerente para el muchacho hormonal.
-Entonces te sigo- respondió el muchacho emocionado de estar a solas con Micaela.
-Verás que te encantará- dijo la chica tomándolo de la mano.
Micaela condujo al muchacho hacía la entrada del bosque de pinos altos, el cual prácticamente cercaba todo Arkalá. No era lo que Jeysson esperaba, en su pervertida mente imaginaba un hotel o la casa de una amiga, no el aburrido bosque donde a veces solía ir a cazar aves con Valentín. La joven pareja se adentró en la arboleda, iluminando el camino con las linternas de sus celulares. Jeysson tenía algo de temor, jamás había estado en el bosque de noche, asustándose hasta con las pequeñas ardillas que caminaban por los arboles. Micaela por otro lado caminaba con toda naturalidad, a pesar de traer taco alto, como si el bosque fuera un lugar muy común para ella. Caminaron por unos quince minutos aproximadamente hasta que llegaron a un hermoso lago el cual reflejaba la luna llena del cielo, dando como resultado una paisaje fascinante.
-Woooo, hace años que no venía hasta acá, ni siquiera lo recordaba- dijo Jeysson impresionado.
-Te dije que te gustaría-. Dijo la chica acercándose a la orilla del lago, sentándose en una piedra y dejando su bolso a un lado, invitando a Jeysson a acompañarla.
Jeysson no lo dudó y se sentó a su lado. Así ambos jóvenes empezaron a conversar y a reír, Micaela contaba historias de su vida en Inglaterra y Jeysson trataba de contar su vida en Arkalá de la forma más interesante posible. Luego tiraron piedras al lago, teniendo Jeysson toda la ventaja, pero al final dejó ganar a Micaela como todo un caballero. Pasada aproximadamente una hora y media, Micaela se abrazó con sus delgadas extremidades diciendo -Lo malo de venir a un lago de noche, es que hace frío-.
-Si quieres te doy mi camisa, no es mucho pero te puede abrigar- dijo Jeysson de inmediato.
-¿No tienes mucha experiencias con chicas no? - dijo Micaela riendo -Quiero que me abraces, tonto-.
Jeysson se sonrojó y estiró su brazo abrazando a la chica, quien reposó su cabeza en el hombro de su cita. Así, ambos se quedaron en silencio viendo el hermoso paisaje que tenían al frente. El muchacho no podía pedirle más a su suerte, no solo estaba con la chica más popular del pueblo, sino que la tenía recostada en su hombro, en un momento tan romántico que parecía sacado de una película. Pero Jeysson seguía siendo un chico al fin y al cabo, y como cualquier chico no pudo evitar sentirse emocionado al tener una mujer tan bella y candente tan cerca de él, emoción que su cuerpo expresó con una erección.
"Mierda, mierda, ahora no por favor, vamos, piensa en abuelitas piensa en abuelitas" Se decía así mismo para tratar de calmar aquella rigidez de su miembro que se marcaba notoriamente en sus pantalones antes de que Micaela se diera cuenta. Trató de disimularlo estirando su camisa para que esta cubriera su entrepierna, sin embargo, esto no hizo más que llamar la atención de la chica quien al ver el bulto sobresaliente se apartó de inmediato.
-Micaela, lo siento, yo no controlo esto, por favor no te enojes- decía Jeysson tratando de ocultarse, sabiendo que había mandado su perfecta cita al diablo. Micaela, sin embargo, volvió a reír al ver al muchacho completamente sonrojado y dijo -Descuida, al menos debo sentirme bien por causar eso en ti-. Jeysson suspiró, aún avergonzado, pero más tranquilo de no haberla espantando. No obstante sus nervios volvieron cuando la chica se acercó a él nuevamente diciendo -y ya que estás así, por que no aprovechamos- dándole a Jeysson su primer beso.
Micaela puso todo su peso sobre el muchacho, haciendo que este se eche en el piso y ella quede encima de él. Jeysson no podía estar más excitado, sin embargo, no sabía por donde empezar, era su primera vez. La chica tomó todo el control y condujo las manos de su cita hacía su trasero mientras continuaba besándolo apasionadamente. El chico no desperdició la oportunidad y apretó aquellos glúteos con fuerza, algo que cualquier hombre del pueblo soñaría con hacer. Micaela empezó a desabrochar los botones de su camisa, Jeysson, al ver las intenciones de la chica, hizo lo mismo, deshaciéndose de su blusa, dejando su pecho únicamente cubierto un lindo sostén de encaje.
El par de jóvenes calenturientos continuaron desnudándose el uno al otro, mientras se manoseaban y besaban, hasta que ambos quedaron únicamente en ropa interior. Jeysson estaba emocionado pues estaba a punto de perder su virginidad, siempre creyó que lo haría con una prostituta, pero lo haría con nada ni nada menos que con Micaela Swaan, la perfección hecha mujer. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de sacar su miembro del bóxer, Micaela interrumpió diciendo -ammm ¿tienes condones?-.
Jeysson no pensó llegar tan lejos, así que la idea de comprar preservativos jamás se le pasó por la cabeza. -Para tu suerte, tengo un paquete en mi bolso- dijo Micaela sonrojada, salvando la situación. Entonces la chica se puso de pie y se fue a buscar el bolso que había dejado entre las rocas, mientras que Jeysson, aún echado, admiraba el hermoso cuerpo de su amada en lencería. -Bien, quiero que cierres tus ojos y no los habrás hasta que yo diga- pronunció la chica rebuscando entre su cartera. Jeysson obedeció, "de seguro me lo quiere poner con la boca, como en las películas, ay Micaela, como te amo" pensaba el joven esperando sentir lo que la chica tenía preparado para él. Escuchó sus pasos acercarse y su corazón empezó a latir cada vez más rápido, -no los vayas a abrir que me enojo- decía Micaela sensualmente, mientras que Jeysson solo sonreía a ciegas.
El joven sintió la mano de su cita bajar su bóxer, y empezar a masturbar lentamente su miembro erecto, cada vez estaba más seguro de que Micaela le daría su primera mamada. Sin embargo, ella tenía otros planes. Mientras el chico empezaba a jadear, ella cogió el trapo con cloroformo que sacó de su cartera y rápidamente lo puso en la cara del muchacho aplicando toda su fuerza. Jeysson sorprendido intentó poner resistencia, pero ya era tarde, aquella sustancia tuvo efecto inmediato en su cuerpo. Sus brazos ni piernas les respondían y con cada segundo que pasaba se sentía más cansado y débil, ya sin poder hacer nada miró a Micaela, de cuyo rostro se había esfumado aquella mirada dulce y amable, siendo remplazada por una tan sería y fría que llenó de terror a Jeysson antes de quedar inconsciente.
Jeysson despertó, esperando que todo haya sido un raro sueño. Pero nada más lejos de la realidad, seguía a las orillas del lago, totalmente inmovilizado, con cuerdas amarrando sus extremidades y vestido únicamente con un bikini negro. Micaela estaba parada al frente suyo, nuevamente vestida, con la diferencia de que ahora llevaba una túnica roja. Otras dos mujeres la acompañaban, ambas cubiertas por túnicas negras la cuales impedían poder distinguirlas. -YA ENTENDI, YA ENTENDI, YA ENTENDI, ¿Todo esto fue una broma no?, no me volveré a acercar a ustedes, lo prometo, no le diré a nadie- suplicó el muchacho creyendo que era una trampa de los chicos populares.
Las tres mujeres se ubicaron al rededor del cuerpo del chico, formando un triangulo. -Jeysson, Jeysson, Jeysson tan inocente, tan crédulo- dijo Micaela seriamente -Sabía que los hombres eran idiotas, pero no tanto. Cuando dejé mi billetera a propósito, pensé que nadie mordería el anzuelo, pero mira, aquí estás-.
-Por favor Micaela, ya no quiero esto, déjame ir, no contaré nada, lo juro.- Jeysson rogaba ya entre lagrimas mientras trataba de zafarse de las cuerdas disimuladamente.
-NO TE HE DADO PERMISO PARA HABLAR- gritó Micaela. -Tú te mereces esto, fuiste muy ingenuo para creer que alguien como yo saldría con alguien como tú. Mírate, cuerpo sin forma, peludo por todos lados, nariz grande, rostro desproporcionado y lo peor es esa porquería que cuelga de tus piernas, eres imperfecto. Pero no te preocupes, yo te voy a arreglar-.
-¿Arreglar? - dijo Jeysson aún si creer que aquella mujer era la Micaela de hace unas horas.
-Serás una de nosotras, pero no te preocupes, te terminará gustando. Papá también puso resistencia y mírala ahora - dijo Micaela con cinismo, mientras una de las chicas en túnica se bajaba la capucha, dejando ver a una hermosa señorita de cabello negro y ojos tan azules como los de Micaela.
-Locas de mierda, ESTAN ENFERMAS- gritó Jeysson
-LA UNICA ENFERMEDAD AQUÍ SON LOS HOMBRES- gritó Micaela aún más fuerte -Ellos violan, ellos roban, inician las guerras, ellos vuelven imperfecto este mundo. Pero yo, nosotras, nos encargaremos de purgarlos.
-AYUDA, AYUDA- Jeysson empezó a gritar desesperadamente al ver que Micaela hablaba enserio.
-Trae el bote- ordenó Micaela a la mujer que solía ser su padre. Mientras que ella y la otra mujer, la cual era su madre, sujetaron a Jeysson de pies y cabeza para cargarlo con cierta dificultad. -Nadie te escuchará, planee esto con mucho cuidado desde que llegué, cualquiera que pudiese ayudarte ahora está en el estúpido festival- dijo Micaela regodeándose y burlándose de Jeysson.
El padre de Micaela arrastró un bote de madera hacía el grupo, mientras el otro par de mujeres llevaron cargado a un desesperado Jeysson hacía la rustica embarcación, tirándolo a ella con fuerza. Con los cuatro a bordo, las dos mujeres de túnica negra empezaron a remar, mientras que Micaela yacía de pie recitando un maleficio en un idioma desconocido. Luego de unos minutos ambas chicas dejaron los remos a un lado, tomaron el cuerpo de Jeysson y lo inclinaron en un extremo, con intenciones de arrojarlo al lago. Micaela sacó una pequeña daga de su bolso y rápidamente se hizo un corte en la palma de su mano, embarrando el pecho del muchacho con su sangre. Jeysson suplicaba por ultima vez que se detuvieran, pero Micaela se limitó a darle un beso en la frente, marcándola del rojo de su labios y poniendo su delgada mano en su pecho lizo dijo -empieza tu purificación, hermana- para después empujarlo al agua.
Jeysson veía el rostro de Micaela a través del agua cristalina mientras se hundía, ella ahora sonreía, quizá la primera sonrisa sincera que le había visto hoy. El pobre muchacho contenía la respiración mientras, con todas su fuerzas, trataba de librarse de las sogas que amarraban sus manos. Para su suerte las sogas cedieron luego de tanto forcejeo dejando sus muñecas destrozadas, sin embargo, cuando intentó utilizar sus manos para impulsarse a la superficie, sintió como algo que no podía ver comenzaba a jalarlo hacía el fondo. Intentaba pelear, intentaba tratar de librarse y escapar pero le era imposible. El agua ya había inundado sus pulmones, era muy tarde para él, esperando que algún día puedan encontrar su cuerpo y maldiciendo desde lo más profundo sí a Micaela, Jeysson cerró los ojos mientras se cuerpo yacía en la profundidad del lago.
Pero, a pesar de ya estar como una hora bajo el agua, Jeysson no había fallecido, solo se encontraba en un profundo sueño. En su subconsciente veía todo lo que Micaela quería que viese, veía como a esta su tío la violó de pequeña, vio como su padre golpeaba a su madre, como sus propios compañeros de instituto abusaban de sus compañeras embriagándolas, Jeysson empezaba a entender el odio de Micaela. El muchacho empezaba a odiarse a si mismo, empezaba a compartir los ideales de Micaela y de su pequeña secta, tal como ella dijo, se estaba convirtiendo en una de ellas. Pero los cambios no eran solo mentales, mientras Jeysson yacía inconsciente su cuerpo empezaba a modificarse bajo el agua. Aquel sostén que Micaela le había colocado antes de tirarlo, empezó a llenarse con el crecer de sus nuevos senos. Su cabello corto y castaño creció y creció, hasta ser lo suficientemente largo para alcanzar sus cada vez más anchas caderas. Sus piernas se estiraban y perdían todo el bello que poseían, sus muslos tomaban más forma y tanto sus pies como sus manos se volvían más pequeños y delgados. Aquel bulto que aún sobresalía de la parte inferior del bikini, fue desapareciendo poco a poco, dejando una superficie plana como la de cualquier otra mujer.
Eran las seis de la mañana en Arkalá, en el festival la música aún seguía con los más resistentes aún bailando y bebiendo, mientras que otros yacían inconscientes en el suelo. La madre de Jeysson, quien había pasado la noche con sus amigas, fue a la habitación de su hijo a ver si este había llegado, sin embargo, al no verlo en su cuarto pensó en que este se había quedado en la casa de su amigo, yéndose a dormir tranquila a su habitación. Por otro lado Valentín se encontraba durmiendo en la comisaria junto con sus primos, pues por accidente rompieron las lunas de un auto cuando reventaban cohetes. Mientras todo Arkalá comenzaba un día de completa resaca, una hermosa mujer de cabello moreno emergía del lago.
Aquella femenina, vestida únicamente con un bikini negro, que no hacía más que resaltar sus pronunciadas curvas, escurrió su largo cabello para luego caminar hacía la orilla moviendo sensualmente sus caderas. Ahí la esperaba solo Micaela, ya sin su túnica ni sus acompañantes, sentada en una de las rocas. La mujer del bikini llegó frente a su líder y se arrodilló ante ella.
-Gracias, hermana, Micaela, ahora soy libre- pronunció la que solía ser Jeysson con su femenina voz.
-Ponte de pie- ordenó Micaela para luego abrazarla -Bienvenida, hermana, Jazmín, con tu ayuda purificaremos el mundo.
-Así será- respondió Jazmín.
Dos semanas después.
Los carteles de "se busca" adornaban los postes de Arkalá, por primera vez desde su fundación una persona había desaparecido. Todo el pueblo, solidarizado con la desesperada madre de Jeysson, buscó al joven en cada rincón, desde el área urbana hasta en lo profundo del bosque. Irónicamente, era la primera vez que Jeysson estaba en boca de todos. Tras ya tres semanas sin encontrar ni el cuerpo, ni ninguna pista, concluyeron que lo más probable era que el joven se había fugado y las búsquedas cesaron. Menos para una persona.
Valentín no se creía esa historia, él estaba cien por cierto convencido de que, si su mejor amigo habría querido fugarse, se lo habría contado primero. Además Valentín era él único que sabía algo que el resto ignoraba, Jeysson, horas antes de desaparecer, le había dicho que saldría con Micaela Swann. Sin embargo, no dijo nada, pues no tenía prueba alguna de que Jeysson haya dicho la verdad, ni si quiera tenía evidencia de que Jeysson haya confesado aquello. Además, hacer una acusación tan grave contra la chica más popular del instituto podría traerle graves repercusiones. Así que decidió reunir pruebas por su cuenta, preguntó si alguien había visto a Micaela la noche del festival, siguió a la propia chica disimuladamente y trató de averiguar todo lo posible sobre su origen por internet. Hasta que encontró en una noticia de un periódico ingles algo que lo dejo boquiabierto, "adolescente es expulsada de la escuela Winchester por practicar brujería" y debajo de aquel titular salía la foto de una Micaela unos años más joven.
Valentín tenía que contárselo a alguien, sus sospechas hacía Micaela no hacían más que aumentar. Conducía en bicicleta hacía la casa de la madre de Jeysson, sabía que ella escucharía su teoría. Sin embargo, en pleno camino chocó con alguien. -Carajo, por qué no te fijas por dónde cruzas- decía levándose bastante molesto. Sin embargo, todo su enojo se desvaneció al ver con quién había chocado. Una hermosa chica de largo cabello color azabache y con unos curiosamente familiares, trataba de limpiar la raspadura que el choque le había provocado.
-Oh cómo lo siento, no te vi- dijo Valentín acercándose de inmediato para socorrerla.
-No te preocupes, fue mi culpa- respondió la chica con un risueña sonrisa mientras se ponía de pie apoyándose en el chico.
-¿Eres nueva por aquí? no te había visto antes- dijo el muchacho tratando de hacer conversación.
-Sí, vine a visitar a unas amigas, ellas están esperándome en el lago Baikal, pero no sé dónde está- respondió la chica haciendo un tierno puchero.
-Solía ir ahí con mi mejor amigo a tirar piedras, si quieres te puedo llevar, es lo mínimo que puedo hacer después de atropellarte- insinuó el chico nerviosamente.
-¿Enserio? gracias, necesitaré un guía después de todo- sonrió la chica.
"Supongo que después podré ir donde la mamá de Jeysson" pensaba alegremente Valentín subiendo a su bicicleta mientras la misteriosa y linda chica se trepaba a su atrás. Así ambos partían hacía al famoso lago, en donde Jazmín y Micaela conseguirían una hermana más.
CONTINUARA (?)
Eo eo, mis pequeños pervertidos, aquí Valro, su líder satánica favorita, con una historia una nueva historia. Esta es una muy especial, pues está dedicada a una persona muy especial que todos ya deben conocer. Hablo de nada más ni nada menos que de Jessica, quien está de cumpleaños. Ella es una persona muy importante tanto para mí como para este blog, pues, como sabrán, este rincón del tg sin un buen nombre surgió gracias a una dinámica suya. Además de que ella siempre ha estado ayudándome con colaboraciones, ideas y otras cosas más personales. Por lo que espero que este pequeño detalle sea de su agrado. Sin más quede decir, feliz cumpleaños Jessica, gracias por todo y perdón por tan poco.
Bueno pos algún día saldrá la continuación de "es lo que un hombre hace" o no
ResponderEliminarAlgún día.
EliminarMe encantó el concepto! , una historia bastante bien pensada Val! :o
ResponderEliminarMuchísimas gracias¡ me alegro que te haya gustado
EliminarMuy buena historia Val
ResponderEliminarGracias, Kary <3
EliminarValRo..... Me encanta tus historia son más hermosas....
ResponderEliminarEspero que pronto publiques más...
Mira este video... Me hiciste recordar las mujeres Warmys.....
https://la.spankbang.com/4t9g/video/hot+chocolate
Excelente trabajo, espero ansiosa la continuación de esta entrada o una de mis favoritas les lo que un hombre hace”
ResponderEliminarMe encanta tu forma de escribir, muy buena historia
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