32: Alice y Mario PARTE 1: Recuperando el diario.

 ALICE Y MARIO - PARTE I

RECUPERANDO EL DIARIO 


 

-Mi amor, ya no estoy tan seguro de esto...- Dijo Mario, mientras terminaba de acomodar el sostén de su suegra en su enormes senos. 

-Ay bebé, ya llegamos muy lejos como para que te eches para atrás. Además recuerda nuestro trato, podrás darme por dónde quieras cuando vuelvas a ser un hombre- Respondió Alice tratando de alentar a su novio a seguir con su descabellado plan. 

-Solo por eso lo hago- continuó Mario, aún tratándose de adecuar al nuevo equilibrio de su cuerpo. 

-Entonces repite lo que vas a decir frente al director- exclamó Alice.

-Soy la señora Mirian Jones, madre de Alice, y vengo a discutir sobre el comportamiento de mi menor hija..... 

Alice Jones era ante ojos de los demás alguien normal, una chica introvertida y de pocos amigos, la cual disfrutaba de estar solas con la única compañía de sus viejos libros. Sin embargo, ella guardaba un gran secreto, y es que Alice formaba parte del linaje de una familia de brujas. Su madre la introdujo en este mundo desde que ella era una niña, enseñándole todos los beneficios  y maravillas que la magia tenía para ofrecer, pero a la vez recalcándole lo crucial que era mantener el secreto. Así, Alice creció admirando a su madre, viendo como esta podía curar heridas en cuestión de segundos, apagar incendios con tan solo unas palabras e incluso levantar únicamente con el pensamiento el objeto más pesado. 

Nuestra joven amiga quería ser igual de habilidosa, pero su progenitora y maestra siempre le decía que era algo que tomaba años de practica dominar y que lo mejor era iniciar por más simple.  Sin embargo, Alice no estaba dispuesta a esperar tanto tiempo, si su madre no le iba a enseñar los trucos más avanzados y asombroso, ella los aprendería por su cuenta. Así que, sin que su madre lo notará, cada día tomaba prestado uno de los tantos diarios de hechicería que esta guardaba en una biblioteca aparentemente secreta, los leía en los recreos y tiempos libre de la escuela y los practicaba a la salida en los salones ya vacíos, siempre teniendo cuidado de no ser descubierta. 

Pero un día alguien la vio.  Mario Pardavé, un muchacho delgaducho y amante del futbol, regresaba al salón a recoger algo que se había olvidado, viendo sin querer como la extraña y callada chica de la clase levantaba las carpetas sin quiera tocarlas. Alice le suplicó que no le dijera a nadie lo que había visto, incluso le ofreció pagarle lo que él quisiera a cambio de su silencio. Sin embargo, para su su suerte y sorpresa, Mario prometió no contar nada, bajo una única condición, que le mostrara más. Incluso le ofreció su casa para practicar, aprovechando de que esta se encontraba vacía casi todo el día pues su padres siempre estaban trabajando. Así Alice encontró en Mario un amigo en quien podía mostrarle orgullosa sus trucos y Mario se aseguró un entretenimiento único en este mundo.

Desde aquel día, ambos jóvenes siempre se iban a juntos al acabar las clases. En un principio a Alice solo le importaba la casa del muchacho, pero poco a poco empezó a disfrutar de su compañía y de su actitud torpe pero tierna a la vez.  Por su lado, Mario estaba feliz de tener al fin alguien en casa con quien almorzar y conversar, pues la mayor parte del tiempo estaba solo, además que encontraba en la magia y excentricidad de Alice algo bastante atractivo. Así que, después de un año repitiendo la misma rutina, el amor lo suyo y convirtió a ambos compinches en una joven pareja. 

Ya en la preparatoria, Alice se había vuelto más diestra en sus habilidades mágicas, usando esto muchas veces esto a su favor. Como la vez en la que hizo una poción de invisibilidad, la usó para infiltrarse en la sala de profesores y copiar la respuestas de un examen para luego compartirlas con Mario, o cuando transformaba la asquerosa comida de la cafetería en auténticos manjares para ella y su novio. Sin embargo, uno de sus trucos se le fue de las manos. Cierto día convirtió los lápices de una compañera de salón, con la que se llevaba muy mal, en cucarachas, solo para darle el susto. Aquello pasaría como una inocente y satisfactoria broma para ella, pero no para dicha compañera, quien, segura de que Alice tenía algo que ver con el extrañó hecho, aprovechó un momento de descuido de la joven bruja para hurgar entre sus cosas, encontrándose así con uno de los viejos diarios y más cosas muy extrañas que de inmediato entregó al director de la institución. 

Este llamó a Alice a su oficina, ella mintió diciendo que eran mercancías de una serie que le gustaba, pero el director no era tan ingenuo, así que dijo que mañana trajera a uno de sus padres para conversar. Alice asintió y se fue muy segura de la oficina, pero una vez salió se puso a temblar, se había metido en un serio de problema, pues había quebrado una de las leyes más importantes de la hechicería, no ser descubierto. Era muy consiente que si su madre, la única apoderada que tenía, se enteraba, no solo le dejaría de enseñar, sino que hasta sería capaz de anular sus poderes y de enviarla a un reformatorio. Para su suerte su madre se encontraba de viaje, pero ello no era una solución permanente, pues una simple llamada del director arruinaría todo. 

Lo primero que hizo fue contárselo a Mario, quien trató de pensar en un plan sin mucho éxito. Ambos pasaron toda la tarde tratando de idear algo, hasta que a Alice se le ocurrió una particular idea y Mario cumpliría un papel fundamental en ella. El plan era relativamente simple, usar una poción de progresión de edad para aumentar temporalmente la edad de Mario y este pueda hacerse pasar por su padre y así recuperar sus cosas sin que su madre se enterase. El inconveniente era que la receta estaba en el diario confiscado por el director, por lo que Alice tendría que hacerlo usando solo su memoria y conocimiento. Mario se negó de inmediato al escuchar el descabellado plan, jamás había dejado que Alice use sus trucos en él, y ahora que la poción ni siquiera era segura mucho menos. Sin embargo Alice también era muy persuasiva, y le dijo que tendrían sexo anal por primera vez si la ayudaba, cosa que convenció a Mario. 

Mario se comunicó con su padres, diciéndoles que se quedaría a dormir en la casa de un amigo, mientras que Alice hacía la poción con el máximo cuidado posible. Luego de un par de horas, aquella vieja olla, en donde la joven bruja había combinado una variedad de singulares ingrediente,  había empezado a hervir, indicando que la pócima estaba lista.  Alice vertió el contenido en un vaso de cristal y lo llevó hacía a Mario quien la esperaba nervioso en la sala. 

-¿Por qué aún no te has desnudado?- dijo al verlo sentado. 

-¿Es necesario?- contestó él.

-Tendrás el cuerpo de un hombre adulto, puedes crecer o ensanchar y romper tu ropa. Además, de qué te avergüenzas, esta no es la primera que te veo desnudo.- explicó Alice. 

-Más te vale que cuando salgamos de todo esto, me des el mejor sexo del mundo- renegó Mario empezándose a quitar la ropa.

Estando el muchacho ya desnudo, Alice le dio un beso, prometiéndole que todo saldría bien, para luego entregarle la copa. Mario no tuvo más opción que confiar en las habilidades de su novia, así que cerró los ojos y se tomó aquel liquido de horrible sabor de solo un sorbo, no dejando nada el embace. Luego, ambos se tomaron de la mano a esperar los resultados, los cuales, según la novata hechicera, no tardarían mucho en manifestarse. 

Y no se equivocó, a los pocos minutos la piel del muchacho adquirió un tono mucho más apagado y ligeras arrugas empezaron a brotar en su rostro. Alice sonrió, pues su poción parecía estar funcionando óptimamente,  mientras que a Mario le tranquilizaba ver la sonrisa de su novia. Sin embargo, dicha emoción les duraría poco. Pues el cabello rojizo del muchacho comenzó a crecer desmesuradamente, hasta que terminó por cubrir toda su espalda. -¿Esto es normal?- preguntó Mario nervioso con una voz más fina, Alice intentó calmarlo diciendo que podría tratarse de un efecto secundario, aunque por dentro estaba tan intranquila como él. 

Sin embargo, el resto de cambios demostraría que Alice mentía. Las delgadas piernas de Mario empezaron a perder el poco vello que tenían, a la par de adquirir mucha más masa, dejándolo con unos muslos bastantes gruesos y regordetes, contrastados por unas pantorrillas mucho más delgadas. Seguidamente, un fuerte crujido dio inicio al ensanchamiento de sus caderas, las cuales llegaron a igualar el ancho de sus hombros los cuales, por el contrario, se habían contraído. Mario suplicaba a su novia, con una voz cada vez más delicada, que detuviera esto, pero ella no podía hacer más que mirar aterrada como las facciones faciales de su novio se hacía más delicadas, hinchándose sus labios, encogiéndose su nariz y rizándose sus pestañas. Entonces, un ardor indescriptible invadió la zona de su vientre, provocando que el desvalido muchacho cayese al piso gimiendo del dolor y sintiendo como sus órganos se movían dentro de él. A la par, la aureola de sus pezones se hizo más ancha y de su plano pecho surgieron dos senos, los cuales se inflaron como si fueran globos de aire hasta alcanzar un tamaño considerable. Finalmente todo el dolor y ardor que Mario sentía se concentró en la zona de su entrepierna, su respetable miembro y testículos se encogieron, al punto de ser imperceptibles, y en aquella zona ya vacía, surgieron dos pliegos de piel los cuales empezaron a dar forma a su nuevo sexo. 

Con la vagina ya formada entre sus piernas, Mario dejó de sentir dolor y sus gemidos cesaron. Respirando agitadamente, como si hubiera corrido una maratón, trató con dificultad ponerse de pie, casi cayendo de cara por no estar acostumbrado al peso extra de sus nuevos senos, pero Alice rápidamente lo ayudó. El joven, ahora una mujer por completo, miraba incrédulo su cuerpo, mientras que su novia no tenía idea de que decirle. La poción había funcionado en cierta manera, pues hizo Mario un adulto, sin embargo, también lo cambio de sexo, convirtiéndolo en una sensual mujer madura. 


Mario asustado, confundido y muy enojado, exigió a una arrepentida Alice devolverlo a la normalidad, amenazando con contarle todo a su madre si es que no lo hacía. A la joven hechicera le tomó bastante tiempo calmarlo y explicarle que el efecto de la poción era temporal, por lo que dentro de 24 horas tendría de vuelta su juvenil y masculino cuerpo. Aquello tranquilizó un poco a Mario, pero su disgusto y enojo volvieron cuando Alice le pidió seguir con el plan. Obviamente el joven se rehusó, su orgullo le impedía vestirse y actuar como una señora en público. Sin embargo Alice nuevamente utilizó sus cartas, empezó a llorar diciendo que si su madre se enteraba la mandaría lejos y no se volverían a ver, llegando así al corazón de Mario, quien aceptó a regañadientes. 

Esa noche apenas durmieron, pues Alice tenía pocas horas para hacer que Mario actué como una mujer sin levantar sospechas. Lo primero que hizo fue vestirlo, cogió ropa del cuarto de su madre, que felizmente era de una talla parecida, y le ayudo a ponérsela. Lo mismo hizo con los zapatos, tomó prestado un par de tacones de su progenitora y se los dio para que practicase el caminar, para su sorpresa, Mario pudo dominarlos a los pocos minutos, caminando con una total naturalidad sobre ellos. Lo mismo aplicó a sus gestos, postura, manera de sentarse y demás, cosa que le parecía extraña a la joven bruja, pero que decidió ignorar por el momento. Luego Alice preparó todo un libreto para que Mario se memorizara, y luego lo practicaron por horas hasta que el muchacho se lo aprendió de memoria. Así, ya las 8 a.m. del siguiente Mario, o mejor dicho la señora Mirian Jones, estaba lista para hablar con el director. 

Ambas mujeres partieron juntas de su casa con dirección a la preparatoria. En el camino Alice seguía sorprendida de la naturalidad con la que su novio caminaba, incluso parecía que meneaba sus caderas a propósito para llamar la atención, pero no quiso decirle nada para no avergonzarlo. Llegaron al centro educativo, en dónde la "señora Mirian" dejo boquiabierto a todos los calenturientos compañeros de Alice y a más de un profesor. Una vez en la oficina del director, Alice estaba lista para entrar con su "madre", pero para su sorpresa y disgusto el director la hizo esperar a fuera. Aquello era algo que ninguno de los dos había tomado en cuenta, parte del plan era que Alice esté presente para apoyar a Mario en su coartada y darle un poco más de seguridad, pero ahora con Mario a solas con el decano, ambos estaban más nerviosos que nunca. 

El director invitó a Mario a tomar el asiento frente a su escritorio, no sin antes mirar reojo los voluptuosos atributos que poseía la pelirroja. Mario se sentó tal y como Alice le había enseñando, con la piernas juntas cuidando de mostrar su tanga y colocando sus manos ligeramente sudadas sobre su regazo.

-Bien señora Jones, la mande a llamar por que confiscamos estos objetos a su menor hija- dijo sacando del casillero de al lado al dichoso diario, unos pequeños muñecos vudú bastante tétricos y unos cuantos talismanes -No sé si usted estaba enterada de esto, pero esta institución, rechaza severamente este tipo de acercamientos-. Dijo el director seriamente, con una mirada fría que puso aún más nervioso a Mario. 

-Bueno, sí, este ... a Alice, mi hija, le fascinan esas cosas desde pequeña, pero no son lo que usted cree, es mercancía de una serie antigua que veíamos juntas. De hecho yo misma la acompañé a comprar esos muñecos- respondió torpemente Mario tratando de forzar una sonrisa. 

-¿Y este diario? Lo estuve revisando y hay muchas palabras que no entiendo, así como dibujos bastante escalofriantes permítame decirle- contratacó el director. 

-AMMM...ya sabe como son los jóvenes, Alice tiene mucha creatividad. Quiere escribir su propia historia de magos y ahí pone todas sus ideas- Contestó Mario, recordando el pequeño guion que le hizo Alice. 

El director alzó una ceja en símbolo de desconfianza, Mario estaba seguro de que el plan no estaba funcionando. Tenía que hacer algo, para recuperar aquellos objetos y evitar que esto pase a mayores, pero no sabía que. Hasta que bajó la mirada y cayó en cuenta que ahora tenía dos poderosas armas a su favor. Lo pensó por unos segundos, había sentido la mirada del director sobre su cuerpo cuando llegó, además de que este era un hombre y como hombre tenía una debilidad segura por la mujeres, cosa que Mario ahora era. Así que, dejando de lado su orgullo y hombría de lado por unos minutos, Mario bajó ligeramente la parte superior del vestido que llevaba, mostrando al director parte de su bien dotado busto, a la par que trató de poner la voz más sexy que podía para decir -Sabe que director, tiene razón, seré sincera, mi hija últimamente está incontrolable y se está metiendo en cosas que yo no puedo prever, es que tan difícil criar a una chiquilla como ella sola sin un hombre que me apoye-. 
 

El director perdió de inmediato toda la firmeza y seguridad que había demostrado durante la breve conversación, poniéndose muy nervioso ante el nuevo actuar de la mujer. -Señora...yoo..yoo..lo lamento...pero..- intentó detenerla, pero aquella exuberante pelirroja se puso de pie para acercarse a su escritorio y sentarse entre sus piernas antes de que este pudiera terminar. -Dígame director, ¿Usted es un hombre de verdad?- continuo Mario en su papel de mujer seductora, la cual replicaba los diálogos de una película porno que vio hace días. 

-Claro.... Claro que.. lo soy ... señora..- Contestó el director sintiendo todo el peso de la mujer encima suyo y empezándose a dejar llevar por sus bajos instintos, colando sus manos en su gran trasero. Mario por su parte se sentía asqueado por lo que estaba haciendo pues estaba seduciendo no solo a otro hombre si no que a uno mayor. Sin embargo, al sentir el bulto de la erección del decano impactar contra su prominente derrier, un ligero cosquilleo comenzó a surgir en su entrepierna, un cosquilleo bastante similar al que él experimentaba cuando tocaba los senos de Alice o cuando estaba apunto de tener sexo, y es que sin quererlo y sin aún saberlo, el nuevo cuerpo de Mario también se estaba excitando por la situación. 

-Entonces, usted como el hombre que es, ¿podría ayudar a esta pobre mujer, olvidándose de este vergonzoso incidente? prometo que mi hija tirará esas cosas ni bien lleguemos a casa- continuó Mario sujetando la cabeza del hombre y dirigiéndola hacía sus senos que casi eran del mismo tamaño. El director no perdió el tiempo, y rápidamente sumergió su cabeza entre aquellos dos preciosos montículos femeninos, besándolos y lamiéndolos, provocando que Mario suelte inconscientes gemidos y jadeos.

Luego de su exploración por el pecho de la mujer, el director alzó su cabeza nuevamente y contesto -Creo que esto podría ser olvidado, solo si tú, linda, me haces una mamada-. 

Entonces Mario supo que había llegado muy lejos. 

CONTINUARÁ

Eo eo, mis pequeños pervertidos, aquí Valro, su ornitolarringologa favorita, trayéndoles una nuevas historia. Esta es la primera parte de una trilogía que ya tengo finalizada, publicaría todo completo, pero sería demasiado largo y pesado de leer, además de que repartirlo en tres partes, me ayudará a no dejar el blog tan muerto, como tengo acostumbrado. La segunda parte será publica en exactamente una semana, el próximo miercoles 11 de mayo para ser exactos. Pero, pero (activando Valro modo youtuber)si llegamos a los 10 comentarios, de usuarios diferentes claro, entenderé que están bastante interesados y publicaré la segunda parte de inmediato. Así que está en sus manos, mis pervertidos. Sin más que decir, yo soy Valro, su figura formato png, favorita y nos vemos en una próxima historia. 

Próximamente: Alice y Mario PARTE 2: Trance. 




Comentarios

  1. Primer comentario. Para que se suba el siguiente capítulo. Excelente historia Val

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    1. Gracias, Aurora. Como siempre la primera en todo <3

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  2. Me gustó mucho... Muy buen trabajo

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  3. Nomaaa está muy interesante y god en verdad espero que la continúes

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  4. Sube la proxima por favor

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  5. Ay Val 😍 q buena historia :3 eres única, q gran forma de sumergirnos en la historia :3 quedo muy buena

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    1. Infinitas gracias a ti, me alegra que haya gustado

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  6. Tremenda historia, ya te extrañabamos

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    1. No estaba muerta sino de parranda, muchas gracias por el apoyo.

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  7. Uyyy que historia más emocionante..... Estaremos listos para la siguiente parte....

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  8. excelente historia como todas las demás, por favor publica la segunda parte pronto

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  9. Siempre he leído tus historias.son totalmente fantásticas, esperemos que pronto publiques esa segunda parte....

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    1. Awwwwn no sabes lo mucho que me alegra que te guste mis escrito, me motivas a seguir haciéndolo

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  10. Hola ValRo 😃😃😃
    Siempre me quedo sin palabras, siempre regresas con más historias emocionantes, como toda una ave fénix, espero con ansias la segunda parte.
    Por favor no tardes mucho,te estamos esperando....,😉☺️😉😉😃

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  11. WOW!
    Quedé intrigado de qué va a pasar. Genial historia, ya se extrañaba la buena pluma en este delicioso tema.
    Espero pronto saber la continuación

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    1. Muchas gracias, espero que te guste todo lo que se viene

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  12. Siiiiiiiii queremos segunda parte, esta primera me está encantado la verdad jaja

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  13. Nomás te pido que Mario regresé a su forma original en el capítulo final, por fa ;-;

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