35- Mi cuñado

Mi cuñado

Yo me consideraba el hombre más afortunado del mundo, trabajaba en lo que me gustaba y ganaba muy bien por ello, tenía salud, una bonita casa, buenos amigos y, lo mejor, a la mujer perfecta. Raquel era el nombre de mi novia, una mujer hermosa, sexy, graciosa, trabajadora, inteligente y, vale decirlo, muy fogosa en la cama. Teníamos ya seis años de noviazgo y tres de convivir juntos, por lo que creí que era el momento de dar el siguiente paso y casarnos para formar ya una familia. Lo había planeado todo, hice una reserva en el restaurante donde nos conocimos, pagué a una banda de músicos para tocar cuando yo de la señal y compré uno de los anillos más caros de la joyería, sería una hermosa sorpresa para ella.  Llegué a mi casa, listo para recogerla y llevarla a local donde todo sucedería. Sin embargo, cuando entré me llevé una gran sorpresa, pues Juanjo mi "querido cuñado" yacía echado en mi sofá, mientras comía pizza y veía televisión.

-¿Cómo estás, cuñadito?- dijo sonriente al verme. 


Raquel salió de inmediato, aún sin cambiarse para la ocasión, y me dijo para hablar a solas. Fuimos a nuestra habitación y ahí me contó que Juanjo, su hermano mayor, no estaba pasando por un buen momento, lo habían corrido de su trabajo hace unos meses, y ante la falta de dinero lo habían echado del cuartucho donde vivía, todo para luego preguntarme si es que podíamos darle asilo por un tiempo hasta que su situación económica mejorase. No podía decirle que no, era su hermano después de todo, supuse que yo haría los mismo de tener uno, así que acepté a regañadientes. Acto seguido le dije para ir de todas maneras al restaurante, pues mis planes seguían en marcha, pero ella contestó que podía ser otro día, pues ahora quería ayudar a Juanjo a traer el resto de sus cosas. No tuve más opción que llamar al restaurante para cancelar todo. 

Había interactuado con Juanjo pocas veces antes, sin embargo fueron suficientes para darme cuenta que él era todo lo opuesto a su hermana. Un tipo flojo, muy confianzudo, no muy listo, borracho, fumador compulsivo y con un sentido del humor el cual a él solo le causaba gracia. No me sorprendería que lo hayan despedido por descuidado y que se haya gastado el dinero que le quedaba en alcohol y cigarros. Todos estos eran defectos que Raquel no veía o simplemente se negaba a aceptar. Por lo que ella me contó, pasó mucho tiempo distanciada de su hermano, por lo que lo quería aprovechar esta oportunidad para recuperar su vinculo fraternal. A ella se la veía muy feliz, cosa que me alegraba, así que decidí posponer mis planes de matrimonio hasta que él se fuera, pues no pensé que sería por mucho tiempo, tristemente estaba muy equivocado. 

Juanjo se quedó cinco meses en mi casa, durmiendo en el cuarto de visitas al cual había tomado ya como suyo. Su excusa era que no podía encontrar un trabajo pues estaba pasando por una etapa depresiva, una excusa muy poco creíble para mí, pero que para Raquel, que estaba cegada por el amor fraternal que le tenía, fue más que convincente. Aún así, Juanjo salía cada fin de semana a beber con sus amigos, pidiéndole a su hermana dinero prestado. El resto de días se quedaba en la sala a ver televisión todo el día, ensuciando de comida mis sillones y elevando excesivamente el consumo de la luz.  Dejaba el baño hecho un asco, con sus pelos y bóxers sucios esparcidos por todos lados como si fueran decoración. Incluso su sola presencia no me dejaba tener intimidad con mi mujer, pues cada vez que quería hacerlo ella me decía que no, pues Juanjo podía escuchar y le daba vergüenza.  

Trataba de soportarlo, aún pensando que se trataba un mal temporal, hasta que un día, que regresé temprano del trabajo y encontré a Juanjo cogiendo en mi sala, con una prostituta que había contratado. Ese fue el punto de quiebre, eché a ambos de la casa, imaginando que sería motivo suficiente como para que Raquel me apoyara. Sin embargo, cuando ella llegó a casa, enterada de todo lo que sucedió, empezamos a discutir. Raquel trató de justificar a su hermano, diciendo que no estaba bien, que por eso no pensaba bien la cosas y que era nuestro deber apoyarlo y ayudarlo, mientras que yo me desfogué por completo, diciéndole que su hermano solo un parasito que se estaba aprovechando de ella. Raquel molesta puso algo de su ropa en una maleta, y dijo que su familia era más importante que mis caprichos y se fue sin decir ninguna palabra más. 

Yo, bastante molesto y triste, cogí una botella de ron que Juanjo había dejado en la sala y me la tome completa para olvidarme un rato de todo.  No me acuerdo bien que hora era, solo sé que era de noche, pues todo estaba oscuro, yo me encontraba aún en mi sala maldiciendo a mi cuñado pues sentía que todo era su culpa, todo era perfecto hasta que él llegó. "Desearía que Juanjo fuera más cómo su hermana, sería así el cuñado perfecto", dije hablando conmigo mismo como cualquier borracho. Así seguí por unas cuantas horas, quejándome y lamentándome, hasta que caí completamente dormido en mi sofá. 

A la mañana siguiente sentí que alguien me sacudía levemente intentando levantarme. Abrí mis ojos lentamente y vi que era Raquel, -Ay amor ¿estuviste tomando toda la noche?- dijo con su dulce voz de ángel. 

-Volviste..- Dije sonriendo, pensando que había venido a solucionar las cosas. 

-Nunca me iré, tontito- Contestó sonriendo, para luego subirse encima mío y empezarme a besar tiernamente como siempre lo hacía. 

Extrañaba estos momentos de intimidad con mi novia, así que le seguí el juego y empecé a pasar mi manos por su frágil cuerpo, recorriendo cintura, sus caderas, sus piernas y terminando en su derrier. Luego las cosas empezaron a subir de tono, cuando ella empezó a desabrochar mi camisa y yo alcé su vestido. Entre besos y caricias, ambos ya estábamos completamente desnudos, y, tomando ella la iniciativa, Raquel se montó en mi erecto miembro, empezó a saltar sobre él, como toda una diosa. Yo la sostenía de sus caderas, alzando levemente mi ingle para ayudarla, mientras que hipnotizado veía a sus hermosos senos saltar con ella y escuchaba como gritaba mi nombre acompañado de sus bellos gemidos. Ese momento era perfecto, sentí que mi vida volvería a su rumbo normal después de esta fogosa reconciliación, hasta que escuché el sonido de la puerta principal abrirse. Imaginé que era Juanjo, quien aún tenía una copia de las llaves, sin embargo, grande fue mi sorpresa, al ver a otra Raquel entrar. 

Inmediatamente voltee a ver a la mujer que yacía desnuda encima mío, percatándome de que también se trataba de Raquel. No entendía que pasaba, ahora habían dos mujeres idénticas a mi novia en mi casa, una desnuda encima mío y otra con la misma ropa con la que se fue anoche después de discutir. Aparté a la mujer que ala que me estaba follando y me puse pie, aún desnudo, tratando de darle una explicación a la que, por su vestimenta, creí que era la Raquel verdadera. Sin embargo, aquella Raquel, al aún vestida, no parecía molesta, por el contrario, se acercó lentamente a mí, me abrazó del cuello, diciéndome con una voz sensual -ya les dije que si van a tener sexo me deben de esperar-, para después robarme un beso, a la par que su gemela venía por atrás mío y empezaba a besar mi espalda. 

Estaba en medio de dos hermosas mujeres las cuales aparentemente se querían acostar conmigo a la vez, sin duda la fantasía que cualquier hombre desearía cumplir. Sin embargo, mi desconcierto no me permitió disfrutarlo y me aparté. Sobe mis ojos para asegurarme que estaba viendo bien y luego me piñizque para comprobar que no se trataba de un sueño, sin embargo todo parecía muy real.  Las dos me miraban confundidas, para luego preguntarme si estaba bien, como si todo eso fuera de lo más normal para ellas. Alterado pregunté lo obvio, por qué ahora había dos Raquels, ellas rieron al escucharme, diciendo que no habían dos Raquels, ellas eran hermanas gemelas, Raquel y Jimena, y las dos eran mis novias.


A pesar de que físicamente eran iguales, yo no lo podía creer, Raquel jamás permitiría que yo esté al mismo tiempo con otra mujer y nunca me hubiera ocultado la existencia de una gemela. Además, por lo que yo sabía, ella solo tenía un hermano, Juanjo. Sin embargo, cuando pregunté por él ambas respondieron que no conocían ningún Juanjo y que no tenían hermanos varones. Al escuchar su respuesta quedé aún más confundido. Luego, vi mi sala, percatándome de  que todas las botellas y basura que Juanjo había dejado ayer ya no estaban, los sillones se encontraban sin manchas, fui a revisar el baño, y estaba impecable, y el cuarto de visitas vacío, como si Juanjo nunca hubiese estado aquí. Luego intenté llamarlo, pero solo sonó el teléfono de una de las gemelas. 

Trataba de encontrarle un explicación a todo esto, qué había pasado con mi cuñado y por qué ahora tengo dos novias exactamente iguales. Pensé y pensé por horas, hasta que recordé lo que dije en la noche, "desearía que Juanjo fuera más como su hermana". Traté de atar todos los cabos, Juanjo parecía haber sido tragado por la tierra, desapareciendo incluso de las fotos que Raquel guardaba, mientras que esa misteriosa chica decía firmemente ser la hermana de mi novia, presentándome incluso documentos que lo comprobaban, así llegué a la alocada conclusión de que aquella mujer de alguna manera era Juanjo. 

La única explicación maso menos lógica que encontré  fue que, aquella noche, un ser mágico o un dios me había escuchado y había cumplido mi deseo al pie de la letra, transformando a mi cuñado en una copia exacta de mi novia. Eran iguales físicamente, tenían los mismos gestos, expresiones, gustos y comportamientos, incluso a veces duna terminaba la frase de la otra. Pero no eran idénticas en solo eso, las dos eran tan iguales, que al parecer ambas compartían los mismo sentimientos por mí, siendo mis novias a la vez sin ningún problema. 

Con Juanjo ahora convertido en Jimena, toda la realidad parece haber cambiado con él. Raquel está fervientemente convencida de que es su hermana. Mi casa ahora es ligeramente diferente, ahora mi cama es mucho más amplia para que podamos entrar los tres en ella, también ahora hay tres cepillos de dientes y tres armarios, dos de ellos repletos de vestidos, faldas y zapatos. Mis suegros, que antes me adoraban, ahora ni quieren verme, pues me acusan de haber corrompido a sus dos princesas. Mi familia, igual de conservadora, tampoco apoya mi nueva relación tri-romantica y se han distanciado de mí. Mis amigos me ven como un ganador por estar con dos gemelas a la vez, pero por otro lado soy bastante criticado por mis vecinos y demás conocidos. 

Sin aún saber que es lo que causó todo esto, intenté solucionarlo de la manera que pude, quise terminar con "Jimena" diciéndole que yo solo amaba a su hermana. Sin embargo, cuando estuve a punto de hacerlo, ver sus hermosos ojos cafés, me hizo sentir como si estuviera terminando con la propia Raquel, no atreviéndome finalmente a hacerlo. Lo intenté muchas veces mes, pero todas terminaban con Jimena  y yo en la cama. 

Decidí resignarme y tratar de acostumbrarme a esta vida con dos novias gemelas. Ahora tengo que gastar el doble en nuestras citas, si quiero comprar lencería para una, también tengo que comprar otro conjunto para la otra, y parece que también tendré que ir ahorrando para comprar un anillo de boda más, pues la dos quieren casarse conmigo.   Es increíble como incluso siendo una ahora una copia de su hermana, mi cuñado sigue fastidiándome la vida, aunque, bueno, ahora que luce así supongo que puedo empezar a llevarme un poco mejor con él. 


La estrella de Sozin lo hizo nuevamente

FIN

Eo eo, mis pequeños pervertidos, aquí Valro otra vez, en otro viernes de Tg. No hay mucho que decir esta vez, solo es una historia simple y corta que se me ocurrió mientras buscaba imágenes para otra, espero que haya sido de su agrado al igual que las historias más largas.

Recuerden que los comentarios son como la gasolina para este blog sin un buen nombre. Pueden comentar ideas que tengan para próximas historias, preguntar cualquier cosa o decir que les pareció la historia del día de hoy, saben que, tarde o temprano, siempre terminó respondiendo. Sin más que decir, yo soy Valro, su figura formato png favorita, y los veo la próxima semana con una nueva historia. 



Próximamente: Historia 36: Cassiel en la Tierra. 



Comentarios

  1. Jajajaja esta historia se me hizo muy divertida, me gustó mucho gracias Valro
    Por cierto es difícil esperar a los viernes para leer tus historias 😞
    Saludoooooos

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    Respuestas
    1. Me alegra mucho que te haya gustado <3.
      Si por mí fuera publicaría historias aún más seguido, pero el tiempo me lo impide. Si lo vemos desde el lado positivo, es mejor esperar a los viernes, que esperar por meses a que publique algo.
      Saludooooooooos

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    2. Hmmmm bueno en eso tienes razón, no sé como aguantaría un mes sin historias de uno de mis blogs favoritos, por cierto gracias por responder me siento famosa jaja saludooos otra vez Valro ☺

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  2. Tus historias siempre buenas y de mucha calidad, gracias

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  3. Seguro se te ocurre algo genial con lo del tiempo 🙈💖 está historia estuvo genial :3 un resultado inesperado sin duda 😅😅

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  4. Hermosas Historias
    Gracias por compartir espero con muchas ansias más historias

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