31- La cita
LA CITA Era una tarde del viernes en Arkalá, un pueblito ubicado en algún rincón del ancho mundo. Pero ese viernes no era como cualquier otro, pues se celebraba la fundación del pueblo, una de las fechas más esperadas por sus habitantes. Y es que el aniversario de Arkalá se celebraba a lo grande, todos los arcalenses se reunían en el centro del pueblo para realizar un gran festival. Se instalaban juegos inflables para los más pequeños, se centraban bandas y a cantantes reconocidos, había cantidades de puestos y juegos mecánicos para divertirse y gastar, además de mucha comida deliciosa y litros de litros de alcohol. Seis de la tarde, el sol empezaba a esconderse y las luces de los postes empezaban a iluminar las calles. La mayoría de arcalenses empezaban a dirigirse al gran festival, sin embargo, había uno que corría a toda prisa en dirección contraria. Jeysson era su nombre. El muchacho de 19 años recién cumplidos, abrió rápidamente las puertas de su casa, saludó por encima a su mad